Dicción poética de altura. Hernández-Silva con la ONE

Dicción poética de altura. Hernández-Silva con la ONE

Hernández-Silva con la ONE

Crítica de Octavio J. Peidró para La Información 16.10.2017 | 00:50

Hace tan solo unos días que Alicante ha vivido alborozada el incontestable triunfo de la Selección Nacional de Fútbol en el Estadio José Rico Pérez que la ha conducido a su insoslayable cita con el próximo Mundial. Ayer, como otro fulgor de carácter identitario, la Orquesta Nacional volvió a demostrar por qué los españoles y españolas nos sentimos orgullosos de nuestras instituciones. En verdad que hay que felicitar a Josep Vicent por el acierto de haber abierto esta temporada en Campoamor con este magnífico programa, con la ONE y con uno de los directores más prestigiosos de los que habitan en nuestra nación. Por esa razón, lo de anoche, queridos lectores, fue una simbiosis simplemente perfecta, un maridaje musical del que se goza muy de cuando en cuando.

El director del ADDA ha titulado la temporada sinfónica con un aristotélico vocablo que induce a pensar que lo del sábado fue una Poetica -parafraseando al maestro de Altea- de la métrica y la prosodia musical sustanciada en la vorágine de compases de amalgama y compases dispares que se dieron cita en el escenario; una ofrenda telúrica a los dioses del Olimpo que nos legaron el cronos protos con el que Stravinsky se consagró en la primavera parisina de 1913. En consecuencia, un sí a ese latido, a ese pulso interior que pocos maestros dominan en el podio como Hernández-Silva. Y como prueba de ello, la espectacular ejecución de la Obertura Cubana, oportuna carta de presentación, que supuso el mejor expositor de la hábil factura intelectual del programa.

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Fotografía: Basilio Martínez

La pieza de George Gershwin (Brooklyn, 1898-Los Ángeles, 1937), aderezada de esos ritmos y armonías que el americano aprendió del español Xavier Cugat y su orquesta ­-a los que escuchaba en su apartamento de Riverside Drive en Manhattan-, está inspirada en las melodías de los hits cubanos de los años 30 como «El Manisero», o «Échale salsita» de Ignacio Piñeiro, y en los aires del folclore popular, dícese de danzones, son, conga o el mismo mambo. En este sentido, fue extraordinaria la ejecución técnica de la orquesta que entendió a la perfección las directrices estéticas marcadas por el maestro que, a buen seguro, se sometería a un ejercicio inconsciente de introspección hacia su pasado caraqueño donde creció al amparo de una música —la que cantaba el pueblo— que contiene enormes lazos de consanguinidad formal y estilística con el alma de Cuba. Asimismo, se agradece el gesto -pocas veces hallado en las interpretaciones- de hacernos escuchar tres veces el penúltimo compás de la obra, tal y como dejó escrito de su puño y letra el propio Gershwin.

Tras un brillante inicio, llegó la atrevida apuesta por Phillip Glass (Baltimore, 1937), un autor al margen de todas mis apuestas, y que el público que abarrotaba la sala sinfónica del ADDA recibió de buen grado merced, sobre todo, a la impecable ejecución de los solistas Julien Bourgeois y Xavier Eguillor que, surmegidos en la extraordinaria complejidad técnica del set de doce timbales -siete para el xixonenc y cinco para el de Lyon-, a mi juicio, dieron todavía un paso adelante respecto a la interpretación que del Concierto Fantasía para timbales realizaron con la Orquesta de Valencia, por cuanto existe un proceso lógico de madurez al que se somete una partitura en la relectura de la praxis profesional. Por otra parte, el cara a cara de la ONE con Glass no es novedoso ni mucho menos, podría tratarse, incluso, de un cuasi idilio, pues aún resuenan los ecos de la Sinfonía Nº 8 y del Concierto para dos pianos y orquesta «The Light» -encargo de la propia orquesta- en el Auditorio Nacional en 2016. Ahora bien, aun si desde un punto de vista musicológico la música de Phillip Glass ha sido en muchas ocasiones encajada por la fuerza en el espectro minimalista, no hay demasiados asideros estéticos para valorar la obra de anoche en estos términos. Más bien parece un experimento deconstruccionista en el que forma y contenido musicales vuelven al útero materno para mostrarnos un atávico universo de sonoridades y ritmos ancestrales. Seguramente, el punto álgido de esta magna epopeya estuvo en la candenza entre el segundo y el tercer movimiento, momento en el que los solistas demostraron por qué son dos referencias indiscutibles en ese instrumento a nivel internacional.

Todavía exhaustos por la energía derrochada en la primera parte, la apoteosis llegó con la soberbia interpretación de la Sinfonía Nº 12 «El año 1917» de Dmitri Shostakóvich (San Petersburgo, 1906-Moscú, 1975). No cabe duda de que fue en la ejecución de este coloso musical donde pudimos ser testigos del ceremonial de fusión artística entre Manuel Hernández-Silva y la Orquesta Nacional de España. Siento defraudar a quienes todavía hoy piensen en esta obra como un homenaje sincero y sentido a Lenin; nada más lejos de la realidad. Abran los ojos y descubrirán el irónico «desaire» al dictador -permítanme el anagrama- que justifica el Dies Irae del comienzo -qué maravilla de contrabajos y cellos tiene la ONE- y todas sus variantes. Hernández-Silva supo crear la atmósfera necesaria para reproducir poéticamente el horror que el propio compositor vivió en aquellos meses de febrero y marzo siendo un niño. Es una sinfonía hecha con las tripas, exenta de sesgo político, donde el sábado la interpretación de la ONE dejó patente las ansias de libertad que proclama Shostakóvich, además de la incomprensible indolencia que sufre esta sinfonía respecto a las demás. Con la sexta menor del modo dórico como un referente que se asoma de manera obstinada en toda la introducción, la orquesta reflejó vívidamente la tragedia que se percibe en todo el discurso resuelto técnicamente de un modo impecable. Por otro lado, el adagio del II movimiento, aderezado de autocitas de la Sinfonía Nº 11, nos brindó momentos de enorme tensión expresiva a través de ese clima funerario, con los ecos de la metralla como rumores funestos, sobre otra variación del Dies Irae donde destacaron el exquisito color de la trompa y, sobre todo, los solistas de flauta, clarinete -en perfecta comunión-, el bello timbre del fagot de Enrique Abargues, y la redondez sonora del trombón.

Curiosamente, el prodigio ruso prescinde de la secuencia del himno latino al final, siguiendo la fórmula de Beethoven, precisamente para enfatizar de una manera ciclópea el triunfo de la Libertad. Una presión emocional que alcanza el paroxismo en la consumación gracias a que Hernández-Silva se vale con inteligencia de la potencia sonora que le proporciona un viento metal que actuó durante toda la sinfonía como una masa sonora uniforme, compacta, sin estridencias, pero con autoridad. Con ese concepto —prístino desde el comienzo— aplicado ahora también a la monumental cuerda que esta orquesta posee, se alcanza el clímax en los últimos compases con una ONE que eleva a ambos genios, al de San Petersburgo y al de Caracas, hacia las más altas cotas de sublimación artística que se haya oído nunca en el ADDA. El resultado fue el caluroso aplauso del público que, rendido ante tanta belleza, supo agradecer una versión que anoche hizo historia en esta capital, y que los intérpretes reintegraron con el Salut d´Amour de Edward Elgar (Broadheath, 1857-Worcester, 1934). El arranque de la temporada 2017-2018 no ha podido ser mejor. Conciertos como el de anoche le hacen a uno sentirse orgulloso de tener al alcance una programación sinfónica de altura, de tener un auditorio como el de Alicante.

 

 

 

Espléndido debut de Hernández-Silva con la ONE

Espléndido debut de Hernández-Silva con la ONE

Espléndido Debut

Crítica de José Antonio Cantón para El Mundo, 16 de Octubre de 2017

Tres hechos a destacar han determinado la inauguración de la Temporada Sinfónica 2017/2018 del ADDA: la ejecución del excitante Concierto Fantasía para timbales de Philip Glass, la presencia por vez primera de la ONE en el magnífico auditorio alicantino y el debut de Manuel Hernández-Silva con dicha orquesta, sin duda, una experiencia muy significativa en la sólida carrera artística del maestro hispano-venezolano. Cada una de estas circunstancias era un más que suficiente aliciente para el aficionado, si además se tiene en cuenta que la tres obras del programa eran exponentes de la mejor percusión imaginada, pensada y realizada.

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Hernández-Silva con la ONE en Alicante. Fotografía: Basilio Martínez

La siempre compleja asunción y posterior transmisión de la Obertura cubana de George Gershwin tuvo en el director su mejor exponente dado su natural conocimiento de los ritmos latinoamericanos. Sus marchosas indicaciones, en las que intervino todo su físico, facilitó la expresión de esta singular obra haciéndola atractiva de escuchar, enriquecida por una trepidante sección de percusión liderada por el siempre espectacular Juanjo Guillem, primer timbalero de la ONE, que en esta obra así como en la sinfonía que cerraba el programa destacó como elemento catalizador del éxito global de ambas interpretaciones.

De este modo transcurrió también la versión de la obra de ese gran minimalista norteamericano cual es Philip Glass. Director, solistas y orquesta funcionaron como un engranaje sonoro que llenaba de sensaciones al oyente, que se sentía sorprendido por la exploración que el compositor hace en cada compás de sus tres movimientos y cadencia, donde queda ejemplarizada la riqueza de su siempre experimental creatividad musical. El sonoro triángulo equilátero que formaban las dos baterías de siete y cinco timbales con las tres cajas funcionó a la perfección, envuelto por el repetitivo acompasamiento armónico del resto de la orquesta, creando un motórico discurso de singular atractivo. El virtuosismo de los solistas tuvo especial brillantez en la cadenza, pasaje fundamental para entender hasta qué punto Glass se sumerge en las posibilidades expresivas de los doce timbales al llevar su toque a límites técnicamente insospechados, inspirándose en la sincopada idea de Lalo Schifrin perteneciente a la banda sonora de la televisiva serie Misión Imposible. Los primeros bravos refrendaron la excelente aceptación de un público sorprendido a la vez que entusiasmado, confirmándose así el éxito de Julien Bourgeois y Xavier Eguillor como percusionistas de referencia en la interpretación de esta obra.

El otro momento esperado fue la Sinfonía nº 12 en Re menor, Op. 112, «Año 1917» de Dmitri Shostakovich. Hernández-Silva es un admirador de esta obra, cuyo Adagio asume como una de las inspiraciones más sublimes del pensamiento sinfónico del compositor petersburgués. El pulso que mantuvo el director durante sus casi quince minutos de duración fue toda una demostración de tensión musical y dominio del tempo. Los melopéicos diálogos entre distintos instrumentos de viento fueron esclarecidos ejemplos de virtuosismo técnico por parte de los profesores de la ONE, que lograron de su interpretación un ejemplo de lirismo sinfónico de gran altura, como vino sucediéndose en la sección de madera, donde surgía una riqueza expresiva digna de admiración. Hubo detalles que dejaban constancia de la total identificación de la ONE con la construcción que proponía el maestro, dominador del espacio eufónico del instrumento orquestal con la seguridad y experiencia que sólo puede provenir de su profundo conocimiento de la obra. Las transiciones entre movimientos fue otro aspecto a destacar de su interpretación, al saber predisponer el contraste con los motivos anteriores, aspecto clave para entender la sublime homogeneidad de esta sinfonía en la que el estallido de luz de su impactante Aurora, su tercer movimiento, fue palmario ejemplo de la mecánica precisión rítmica que este tiempo requiere. Ésta fue exaltada por una percusión espectacular que se diluyó en unas trompas de épico efecto sonoro. Hernández-Silva inició entonces un tensionado crescendo que le llevó a una apoteósica ejecución del Allegretto final.

Ante la ovación del público, el director quiso serenar la enorme excitación musical alcanzada con un exquisito bis de melodioso sosiego como el que contiene la sensual pieza de Edward ElgarSalut d’Amour en su versión orquestal, que puso fin a un concierto que superó todas las expectativas.

 

 

Perry So se incorpora a ACM Concerts

Perry So se incorpora a ACM Concerts

ACM Concerts se congratula en anunciar la incorporación a su roster del joven aunque ya prestigioso maestro Perry So en exclusiva para España y Portugal. El maestro de Hong Kong, Primer Premio y Premio Especial en el 5º Concurso Internacional Prokofiev de Dirección de Orquesta en San Petersburgo y primer Dudamel Conducting Fellow en la Filarmónica de Los Ángeles, viene de protagonizar un espectacular concierto de apertura de temporada con la Orquesta Sinfónica de Tenerife y el  extraordinario trompetista Pacho Flores.

Perry So

En la temporada 17/18 Perry So regresa a la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias como Colaborador Artístico, hace su debut operístico en Europa en la Ópera Real Danesa con La Flauta Mágica, inaugura la temporada de la Orquesta Sinfónica de Tenerife y debuta con las orquestas Filarmónica de Szcecin y Sinfónica de Núremberg, con la que irá a Milán. Otros compromisos destacados son su regreso a la Sinfónica de Vancouver y un festival de cuatro programas con la Filarmónica de Ciudad de El Cabo.

Debuts recientes incluyen las Orquestas de Cleveland y Minnesota, las sinfónicas de Houston, Detroit, Nueva Jersey, Israel y Shanghái, la Filarmónica China y la Residentie Orkest en la Haya. Ha sido invitado frecuente en el Walt Disney Hall y el Hollywood Bowl en su condición de Dudamel Conducting Fellow en la Filarmónica de Los Ángeles. Dirigió a la Filarmónica de Hong Kong con Lang Lang en la celebración del 15º aniversario del regreso de Hong Kong a China al cierre de su período de cuatro años como Director Asociado; y dirigió una gira de la Filarmónica de Zagreb por la península balcánica.

Perry So anuncio incorporación ACM Concerts

Perry So recibió el Primer Premio y el Premio Especial en el 5º Concurso Internacional Prokofiev de Dirección de Orquesta en San Petersburgo. Su grabación de los conciertos para violin de Barber y Korngold con Alexander Gilman y la Filarmónica de Ciudad del Cabo recibió el Diapason D’Or en Enero de 2012. Ha grabado profusamente con la Orquesta Nacional de la BBC de Gales y con la BBC Concert Orchestra.

Es conocido por la enorme variedad de repertorio que dirige, incluidos numerosos estrenos mundiales en cuatro continentes. Ha dirigido producciones de Cosí fan tutte, La Flauta Mágica, Una Vuelta de Tuerca, Giulio Cesare, Gianni Schicchi, y Die Fledermauss. Su compromiso con los jóvenes le ha llevado a trabajar con la Orquesta Joven de Australia, el Round Top Festival, la Manhattan School of Music, la Academia de Artes Escéncias de Hong Kong y la Yale School of Music. Y ha sido asistente de Edo de Waart, Esa-Pekka Salonen, Gustavo Dudamel, Lorin Maazel y John Adams. Nacido en Hong Kong, tiene un Grado en Literatura Comparada por la Universidad de Yale.

 

 

Onofri y Espada con la Barroca de Sevilla

Onofri y Espada con la Barroca de Sevilla

Enrico Onofri y María Espada vuelven a coincidir, en esta ocasión junto a la Orquesta Barroca de Sevilla y el contratenor Carlos Mena. Bajo el título Traduttore, traditore! Pergolesi en la catedral de Málaga, el concierto, que inaugura el curso 17/18 de la Universidad de Sevilla, se enmarca en el Proyecto Atalaya de las Universidades Andaluzas para la recuperación del patrimonio histórico. El programa incluye obras de Iribarren y una versión del Stabat Mater de Pergolesi conservada en la Catedral de Málaga y será posteriormente grabado en disco. Será hoy 11 de Octubre a las 20:30 en el Auditorio de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Sevilla.

Tanto Enrico Onofri como María Espada son colaboradores asiduos de la Orquesta Barroca de Sevilla, y ambos son expertos y reputados especialistas internacionales en sus respectivos campos, uno como director y violinista y otra como soprano, solicitados igualmente por los mejores grupos especializados como por orquestas convencionales. En España, algunas orquestas que han podido disfrutar de la maestría de Enrico Onofri son la Real Filharmonía, la Orquesta de la Comunidad de Madrid, la Filarmónica de Gran Canaria o la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, y esta temporada se le podrá ver al frente de la Orquesta Sinfónica de Bilbao, la Orquesta Barroca de la Universidad de Salamanca y, por supuesto, la Orquesta Barroca de Sevilla.

 

 

 

Hernández-Silva dirige a la Orquesta Nacional

Hernández-Silva dirige a la Orquesta Nacional

Hernández-Silva dirige a la Orquesta Nacional de España en el ADDA – Auditorio de la Diputación de Alicante en el concierto inaugural de su temporada sinfónica. El programa incluye la Obertura Cubana de Gershwin, el Concierto Fantasía para dos timbaleros y orquesta de Philip Glass y la Sinfonía nº 12 de Shostakovich, y será el próximo sábado 14 de Octubre.

Hernández-Silva

Ha actuado como director invitado con las orquestas Sinfónica de Viena, de la Radio de Praga, Sinfónica de Israel, Filarmónica de Seúl (Corea), Nord-Tchechische Philarmonie, Sinfónica de Karlsbad, Filarmónica de Olomouc (República Checa), Sinfónica de Puerto Rico, Nacional de Chile, Sinfónica de Venezuela, Filarmónica de Bogotá, Sinfónica Nacional de México, Municipal de Caracas, Sinfónica Simón Bolívar (Venezuela), Orquesta Sinfónica de Wuppertal (Alemania), Filarmónica Janacek (República Checa). En España ha dirigido a la Real Filarmonía de Galicia, Oviedo Filarmonía, Orquesta Sinfónica de Murcia, Orquesta Sinfónica del Vallés, Orquesta Sinfónica de Bilbao, Orquesta Sinfónica de RTVE, Orquesta Ciudad de Granada, Orquesta Sinfónica de Tenerife, Orquesta Sinfónica de Castilla y León, Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA), Orquesta Sinfónica de la Comunidad de Madrid (ORCAM), Orquesta Sinfónica de Navarra, Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC).

Hernández-Silva Orquesta Nacional de España Alicante

Ha sido director titular de la Orquesta de Córdoba; director principal invitado de la orquesta Simón Bolívar de Caracas; y director musical de la Orquesta Joven de Andalucía. Actualmente es director titular y artístico de la orquesta Filarmónica de Málaga. El maestro Hernández Silva ha desarrollado una intensa actividad docente, impartiendo cursos internacionales de dirección e interpretación, así como numerosas conferencias. Todo ello le ha valido el reconocimiento de los músicos con los que ha trabajado, el del público y el de la crítica especializada. Se graduó en el conservatorio superior de Viena con matrícula de honor en la cátedra de los profesores Reinchard Schwarz y Georg Mark. En el año de su diplomatura ganó el concurso de dirección Forum Jünger Künstler convocado por la Orquesta de Cámara de Viena, dirigiendo a esta formación en la Konzerthaus de la capital austríaca.

 

 

Roman Ialcic de nuevo en el Liceo

Roman Ialcic de nuevo en el Liceo

El bajo Roman ialcic regresa al Gran Teatre del Liceu para afrontar el papel de Sam en Un ballo in maschera de Verdi, que bajo la dirección de Renato Palumbo y Vincent Boussard, tendrá lugar, a lo largo de catorce funciones, entre el 7 y el 29 de Octubre. En el reparto destacan nombres como los de Piotr Beczala, Carlos Álvarez o Dolora Zajic.

Roman Ialcic

Entre sus compromisos recientes se pueden destacar Caspar, de Freischütz, de Weber, en los teatros de Toulon y Saint Ettienne, que cantó también en la London Lyric Opera, y recientemente grabó con Vasily Petrenko y la Royal Liverpool Philharmonic; Tomski, de La Dama de Picas de Chaikovski en Londres, en la Ópera Nacional de Moldavia y en La Opèra National du Rhin; Fafner, de El Oro del Rhin y Hunding, de Sigfrido, de Wagner, en Seattle; Abimeleh, de Samson et Dalila, de Saint-Saëns, en Colonia; Basilio en Wuppertal; Gremin, de Eugene Onieguin, de Chaikovski, Raimondo, de Lucia di Lammermoor, de Donizetti, Ramphis, de Aida y Zaccaria de Nabuco, de Verdi, en la Ópera Nacional de Moldavia, el Gran Inquisidor en Atenas o Ludovico de Otello de Verdi en el Teatro de la Maestranza y Gran Teatre del Liceu, Bartolo, del Barbiere di Siviglia en la temporada de Ópera de Bilbao o el homónimo Bartolo pero de Le Nozze di Figaro de Mozart en el Teatro de Ópera de Malmö, en Suecia; Ferrando de Trovatore de Verdi, en Valladolid; o Sparafucile, de Rigoletto, en Las Palmas. Esta temporada hace doblete en el Liceo, pues tras este Ballo in Maschera será el Sirviente del Sínodo en The Demon de Rubinstein; y un próximo debut será Rocco de Fidelio de Beethoven.

roman ialcic verdi ballo liceo

Nacido en Chisinau (Moldavia, 1978) Estudió con Kurt Moll, Charles Riecker, Vladimir Dragos, Nikolaus Hillebrand y Gisela Aulmann. En el teatro de San Gall, Suiza, donde formó parte de la compañía estable, cantó Escamillo, Caspar (Freischütz), Marqués (Traviata), Cascada (Viuda alegre), Tomski (La Dama de PIcas), Abimeleh (Sansón y Dalila), o Sarastro (La Flauta Mágica), entre otros. En España participó como Don Profondo en el Viaggio a Reims de Rossini en el Teatro Real, en el Réquiem de Verdi en el Villamarta de Jerez, dirigido por Miguel Ángel Gómez Martínez y en un Requiem de Dvorak con la ORTVE, y como en Basilio (El barbero de Sevilla) en la ópera de Oviedo. De él ha dicho Emilio Sagi que le recuerda a Nicolai Ghiaurov, y Ángel Carrascosa ha escrito: El joven bajo Román Ialcic tiene por delante, probablemente, una carrera muy promisoria; nombres de campanillas no han resultado tan eficaces como él.