Tras su presentación, la pasada semana, en La Quinta de Mahler de Madrid, Pacho Flores y Jesús ‘Pingüino’ González, presentan ENTROPÍA, su segundo disco en Deutsche Grammophon, en el Auditorio de Vilagarcía de Arousa con un concierto y Master class.

Pacho Flores

Tomamos las palabras introductoras del texto de Álvaro Gallegos para las notas del disco:

De tanto en tanto aparecen figuras que provocan avances en su área de dominio, estrellas en el firmamento que inciden de manera decisiva en un ámbito de la música, sea un parámetro de esta, una estética, o bien un instrumento. Pacho Flores ha logra- do poner la luz más intensa de la candileja sobre la trompeta. Y no se trata solo de su depurado sonido, tan prístino que impresiona a cualquier oyente. Tampoco ha basta- do la prodigiosa técnica que deviene en el tan ovacionado virtuosismo que ha sacudido los principales escenarios donde se ha presentado. Es que Pacho ha conformado un prodigioso tándem con su fabricante de trompetas, Vicente Honorato de la casa Stomvi en España. Instrumentos hechos a medida del venezolano, explorando la amplia gama de la familia de las trompetas, siempre en búsqueda del mejor sonido, una perfección que se ajuste a su extenso repertorio. Podríamos decir que Pacho es lo más importante que la ha sucedido a la trompeta desde Miles Davis.

Su anterior álbum Cantar (DG 479 1068) dio significativas luces de lo antes descrito. Distintos tipos de trompetas, incluyendo el viejo corno da caccia, en un abanico de joyas musicales barrocas, con un pequeño salto al presente en una de las obras. Acompañado por una agrupación orquestal pequeña, el protagonismo absoluto de Pacho en ese trabajo se convierte en un diálogo íntimo con el auditor. Y ese intimismo, esa cercanía se acrecienta con el presente disco.

Aquí Pacho muestra otra faceta, más colaborativa, donde conforma un nuevo tándem, esta vez netamente musical, con su compatriota el guitarrista Jesús “Pingüino” González. Este es un músico que merece mayor atención por parte del orbe. Un poeta de la guitarra, versado en lenguajes más allá de su país de origen, es también arreglista y productor. En definitiva un músico latinoamericano cabal, y el complemento ideal para el versátil Pacho, que aquí pone su boca y sus dedos en cuatro tipos de cornetas, más el cautivante sonido del fliscorno.