El maestro Perry So vuelve a España para ponerse de nuevo al frente de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias en su condición de ‘artista colaborador’ de la orquesta asturiana. Aún reciente el programa extraordinario de Semana Santa con el Stabat Mater de Dvorak que dirigió hace apenas un mes, en esta ocasión afrontará un programa que bajo el título ‘Música y Literatura’ comprende obras de Sibelius y Wagner, y tendrá lugar los días 19 y 20 de Abril en el Teatro Jovellanos de Gijón y en el Auditorio Principe Felipe de Oviedo respectivamente.
Perry So viene de dirigir a la Sinfónica de Núremberg, con la que en breve, tras sus conciertos en Asturias, retomará el contacto para un concierto en Milán. Previamente, además del mencionado concierto extraordinario de Semana Santa Perry dirigió una larga serie de funciones de La Flauta Mágica en la Ópera Real Danesa.
Debuts recientes incluyen las Orquestas de Cleveland y Minnesota, las sinfónicas de Houston, Detroit, Nueva Jersey, Israel y Shanghái, la Filarmónica China y la Residentie Orkest en la Haya. Ha sido invitado frecuente en el Walt Disney Hall y el Hollywood Bowl en su condición de Dudamel Conducting Fellow en la Filarmónica de Los Ángeles. Dirigió a la Filarmónica de Hong Kong con Lang Lang en la celebración del 15º aniversario del regreso de Hong Kong a China al cierre de su período de cuatro años como Director Asociado; y dirigió una gira de la Filarmónica de Zagreb por la península balcánica.
Recibió el Primer Premio y el Premio Especial en el 5º Concurso Internacional Prokofiev de Dirección de Orquesta en San Petersburgo. Su grabación de los conciertos para violin de Barber y Korngold con Alexander Gilman y la Filarmónica de Ciudad del Cabo recibió el Diapason D’Or en Enero de 2012. Ha grabado profusamente con la Orquesta Nacional de la BBC de Gales y con la BBC Concert Orchestra.
Es conocido por la enorme variedad de repertorio que dirige, incluidos numerosos estrenos mundiales en cuatro continentes. Ha dirigido producciones de Cosí fan tutte, La Flauta Mágica, Una Vuelta de Tuerca, Giulio Cesare, Gianni Schicchi, y Die Fledermauss. Su compromiso con los jóvenes le ha llevado a trabajar con la Orquesta Joven de Australia, el Round Top Festival, la Manhattan School of Music, la Academia de Artes Escéncias de Hong Kong y la Yale School of Music. Y ha sido asistente de Edo de Waart, Esa-Pekka Salonen, Gustavo Dudamel, Lorin Maazel y John Adams.
A continuación participarán también en el ciclo de conciertos de Patrimonio Nacional con los Stradivarius de la Colección Real conocidos como ‘Cuarteto palatino’ o ‘Cuarteto decorado’, con un programa que incluye los cuartetos nº 1 de Hermes Luaces, dedicado al Cuarteto Bretón y recientemente estrenado por ellos; el nº 8 de Shostakovich y el nº 2 de Guridi.
Poco después estarán en el Ciclo de Cámara de la Fundación Canal con el Cuarteto nº 8 de Shostakovich y el Cuarteto nº 14, ‘La Muerte y la Doncella’ de Schubert. Otros compromisos futuros incluyen su presencia en el Ciclo Musikagileak, Asociación de Compositores Vascos y Navarros, la temporada de música de Cámara de la Orquesta Filarmónica de Málaga o en el Museo Vostell Malpartida, en Cáceres, en colaboración con el Centro Nacional de Difusión Musical.
Próximamente se presentará también el disco con la Integral de Cuartetos con soprano de Antón García Abril que han grabado recientemente con la soprano Lucía Castelló para el selo ClasicaEs. Otro proyectos discográficos en formación de quinteto con el pianista Ludmil Angelov incluirán el recientemente recuperado Quinteto de Tomás Bretón.
Málaga, viernes, 2 de marzo de 2018. Teatro Municipal Miguel de Cervantes. Wolfgang Amadè Mozart: Così fan tutte, ossia la scuola degli amanti (1790). Curro Carreres, director de escena. Berna Perles (Fiordiligi), Carol García (Dorabella), Pablo García López (Ferrando), Damián del Castillo (Guglielmo), Enric Martínez-Castignani (Don Alfonso), Beatriz Díaz (Despina). Coro de Ópera de Málaga (Salvador Vázquez, director). Orquesta Filarmónica de Málaga. Manuel Hernández-Silva, director. José Miguel Román, maestro repetidor y clave. Aforo: 1104 puestos. Ocupación: 95%.
El pasado viernes dos de marzo falleció Jesús López Cobos, uno de los mejores directores de orquesta españoles de todos los tiempos. El minuto de silencio en su memoria y la dedicatoria de la función de estreno del segundo título de la Temporada Lírica de Málaga era lo menos que merecía. Quienes le vimos dirigir la Novena Sinfonía de Beethoven en el Teatro Cervantes no lo olvidaremos nunca.
Después de la estupenda inauguración de la temporada 2017/18 con Turandot y del magnífico recital a cargo de Gregory Kunde llegaba la hora de Così fan tutte. Era el debut operístico en el Teatro Cervantes de Hernández-Silva, cuatro años después de su llegada para ponerse al frente de la Orquesta Sinfónica de Málaga. En consecuencia, la expectación era alta. Este fue el motivo de la entrevista que publiqué en Mundoclasico.com. El maestro estaba muy contento del trabajo realizado, de la producción y del reparto, todo español, la mitad andaluz. No lo destaco por hacer patria chica, sino subrayando cómo se ha aprovechado la ocasión para ofrecer un buen nivel sin caer en el papanatismo que identifica automáticamente extranjero con mejor. De la misma manera que quiero destacar la decisión de contar mayoritariamente con voces jóvenes.
En el plano musical el estreno no solo cumplió con lo anunciado, sino que superó las expectativas. Director y orquesta fueron uno solo. La decisión de tocar con una orquesta reducida, plenamente clásica, según el modelo Mannheim, ha sido una decisión absolutamente acertada porque ha conferido una ligereza a la formación que difícilmente hubiera logrado con la plantilla al completo, a la vez que se mantenía un sonido brillante por la presencia de instrumentos modernos. El resultado ha sido un equilibrio perfecto entre lo que requiere el espíritu de la obra y las características de la orquesta malagueña. Fue una cuestión evidente desde la obertura y siguió hasta el final. Hernández-Silva logró levantar un edificio sonoro continuo, que salvaba la clásica división por números y la presencia de recitativos secos con un desarrollo encadenado sin solución de continuidad. A tal efecto contribuyeron los tiempos generalmente vivaces, nunca monótonos. En una obra tan larga las trampas son numerosas, pero apenas hubo una caída de tensión dramática más palpable al regresar de la pausa, en el segundo acto. A destacar el magnífico trabajo realizado por José Miguel Román al cembalo, realmente clave a la hora de realzar la teatralidad no solo de los recitativos, sino también de los demás momentos en los que participaba. Tampoco pasó desapercibido el equilibrio entre cuerdas del Coro de Ópera de Málaga, que realizó un gran trabajo.
El entendimiento con los cantantes en el escenario fue prácticamente total. De una parte, el maestro controló en todo momento el volumen de la orquesta, no solo por el tamaño más reducido, sino buscando el efecto de los fortes en los ataques y no en la dinámica, de modo que los intérpretes nunca se vieron cubiertos ni en dificultades. De otra, prestó atención a sus necesidades. Y, por encima de cualquier consideración, brilló el trabajo en equipo, más necesario en esta ópera que en ninguna otra por la cantidad de números de conjunto que contiene. Lo que no quita que se puedan destacar méritos individuales.
Las voces femeninas fueron mejores en general que la masculinas. Fiordiligi se lleva la parte del león con dos arias dificilísimas, auténticos puntos álgidos de la obra. Berna Perles tiene todos los papeles en regla para afrontarlas en virtud de un centro robusto, un grave sólido y un agudo potente. Controló con seguridad de entonación los peligrosos saltos de «Come scoglio» y sostuvo el tiempo lento de «Per pietà» sin menoscabo para los pianissimi. En el aspecto estrictamente teatral hubiera sido deseable otra soltura. En este sentido contrastaba particularmente con la gran desenvoltura escénica de sus compañeras. Beatriz Díaz compuso una Despina irresistible, simpatiquísima, buscando la complicidad del público, en particular en la escena del notario, haciendo fácil lo difícil y un con canto intachable. Con todo, el personaje más logrado fue el que tiende a pasar más desapercibido. Carol García compuso una gran Dorabella: como en anteriores ocasiones, no pude evitar pensar que es digna heredera de la escuela de Teresa Berganza. La riqueza del instrumento y la capacidad para mantener la homogeneidad de todos los registros es admirable, así como la forma de aligerar la voz, sorprendente en «È amore un ladroncello». El fraseo y la manera de decir el texto revelan una clase fuera de lo común. Además, fue quien mejor aprovechó las posibilidades dramáticas del personaje, ofreciendo una interpretación llena de matices. ¿Para cuando un Rossini cómico por estos lares?
En el campo masculino la calidad de las voces era menos particular, aunque siempre buena. Pablo García López cantó con gusto su papel, tiene una buena escuela y compuso un Ferrando joven y vehemente. Matizó continuamente «Un aura amorosa», de tiempo más vivaz del habitual, aunque me resultó más lograda «Tradito, schernito». La complicidad teatral con la Dorabella de García estuvo muy lograda. Con Guglielmo ocurre como con Dorabella: barítono y mezzo tienen menos ocasiones de lucimiento que tenor y soprano. Sin embargo, Damián del Castillo se hizo apreciar por un instrumento robusto y una buena línea de canto, aunque aguardo expectante su próximo Rigoletto en mayo para valorar mejor su capacidad dramática. En consecuencia, el gato se lo llevó al agua Enric Martínez-Castignani, un auténtico bajo buffo, en la línea del gran Chausson, aunque con menor autoridad vocal. Comoquiera que fuera, no estuvo sobreactuado, no exageró la comicidad ni el cinismo de Don Alfonso, ofreció una composición absolutamente mesurada, lo que constituyó su mejor baza.
La puesta en escena recuperaba el montaje de 2010, dentro de la política acertada de aprovechar al máximo los recursos disponibles. Escenario único de corte neoclásico, fiel a la ambientación original de la obra, como el vestuario. Curro Carreres realizó un buen trabajo en la dirección de actores, acorde con la ligereza de la obra y la interpretación musical. Salvo momentos como las arias de Fiordiligi, se rehuyó el estatismo y se buscó la frescura en todo momento, aprovechando además la juventud del reparto. Con todo, se mantuvo fiel en todo momento al libreto, respetando escrupulosamente su desarrollo y la visión machista sobre la mujer: si se buscaba algún tipo de transgresión y modernidad con las escenas inicial y final, con desnudos integrales, la propuesta se quedó absolutamente corta y resultó incluso gazmoña. Sin duda, se podría haber aprovechado el momento social actual para hacer una propuesta que realmente se situara en las antípodas del mensaje original de la obra. Incluso con escenarios y vestuarios de época.
Por José Amador Morales para Codalario
Málaga. Teatro Cervantes. 2 de Marzo de 2018. Wolfgang Amadeus Mozart: Così fan tutte. Berna Perles (Fiordiligi), Carol García (Dorabella), Pablo García López (Ferrando), Damián del Castillo (Guglielmo) Beatríz Díaz (Despina), Enric Martínez-Castignani (Don Alfonso). Coro de Ópera de Málaga (Salvador Vázquez, director del coro). Orquesta Filarmónica de Málaga. Manuel Hernández Silva, dirección musical. Curro Carreres, dirección escénica. Producción del Teatro Cervantes de Málaga.
Estaba claro de antemano que el interés de este Così fan tutte malagueño no era pretendido, ni siquiera ilusorio. Se trataba de un reparto genuinamente nacional (en la trastienda del mundo lírico esto por sí solo, por mucho que se saque mediáticamente pecho, no quiere decir nada) juvenil y cantando Mozart, ¡y qué Mozart este Così!.
Pero claro, la dirección de Manuel Hernández-Silva acreditaba por si sola el interés previo fundamentalmente por dos elementos clave para entender el, adelantemos ya, éxito incuestionable de esta representación: de una parte, su formación austríaca -vienesa para más señas- y toda la tradición que allí asimiló durante más de veinte años que le ha llevado a asumir como propias las coordenadas estéticas y musicológicas del estilo Clásico. Y de otra, el intenso e incuestionable buen trabajo que el maestro hispanovenezolano está llevando estos últimos cuatro años con la Filarmónica de Málaga, a la que llegó poco después de su recordada labor como director titular de una Orquesta de Córdoba con la que también dirigió diversas obras mozartianas (entre ellas unos inolvidables Don Giovanni y Rapto en el serrallo) con los que rubricó su afinidad con el genio de Salzburgo.
Así pues, en esta ocasión ya desde la obertura impactó el sonido orquestal sutilmente articulado, sencillo en apariencia pero tan hábilmente contrastado como matizado, así como el diálogo teatralísimo entre instrumentos solistas y las diversas secciones. Además, el acompañamiento, el “mimo”de la batuta hacia los cantantes fue exquisito y la intensidad del mismo, con esos énfasis en los recitativi acompagnati que situaban eficazmente tanto el universo interior de cada personaje como las distintas situaciones escénicas, complementando expresivamente al canto con la orquesta. Sirva de ejemplo significativo, entre otros muchos, el bellísimo “Soave al vento” como muestra de esta pureza estilística netamente mozartiana.
También fue un momento en el que se reveló la homogeneidad, admirable entrega y extraordinario rendimiento coral del reparto (que no en vano rindió a mejor nivel en los conjuntos que en los momentos solistas), algo imputable en gran parte también a la batuta. El entusiasmo de un público puesto en pie nada más bajar el telón ovacionando largamente a los protagonistas de la velada, da cuenta de ello y conste que, al comenzar la función a las nueve, se había sobrepasado con creces la medianoche.
La malagueña Berna Perles, en imparable ascenso en el panorama lírico nacional, fue una competente ‘Fiordiligi’ que tuvo su mejor momento en “Per pietà, ben mio, perdona”, más que en la tremenda “Come scoglio” en donde, en todo caso, sorteó las enormes dificultades técnicas sin comprometer la musicalidad. Su hermana en la ficción fue la mezzo barcelonesa Carol García, un punto más expresiva y con una más que aseada coloratura que supuso la réplica ideal por color y frescura. Si el cordobés Pablo García López, que paso a paso también va consolidando su carrera, se mostró comodísimo en un ‘Ferrando’ pleno de frescura en los recitativos y encanto en las arias, el ‘Guglielmo’ del jiennense Damián del Castillo mostró una voz de importante volumen y proyección, no exenta de brillo, a la que aún le queda margen para controlar y dotarla de más matices. Muy bien en lo teatral el ‘Don Alfonso’ de Enric Martínez-Castignani, algo rígido vocalmente de partida aunque fue a más a lo largo de la representación. Su compañera de intrigas fue la asturiana Beatriz Díaz, muy desenvuelta y divertida en escena como corresponde a ‘Despina’ y muy solvente a nivel vocal para el personaje.
La sencilla producción del propio Teatro Cervantes dirigida por Curro Carreres, ha sido suficiente, pese a su enorme austeridad y a unos irrelevantes y poco entendibles proyecciones videográficas (¿moda?, ¿esnobismo tecnológico?), gracias a una lograda e interesantísima dirección de actores que, en clara sintonía con el foso, ha puesto de manifiesto la intensidad dramatúrgica, la atinada caracterización así como las líneas esenciales de este dramma giocoso.
Tanto la orquesta como el coro malagueño se presentaron adecuadamente maleables como fantástica fue la labor de José Miguel Román al clavecín.
El Consejo Rector del Consorcio que rige la Orquesta de Córdoba ha nombrado al Maestro Carlos Domínguez-Nieto como su nuevo Director Titular y Artístico a partir de la temporada 2018/19. Domínguez-Nieto es también Director Titular de la orquesta Concierto München en Alemania, fue Director Asistente de la JONDE y de la Münchner Jugendorchester, asistente de Iván Fischer en la Budapest Festival Orchestra, Director Titular de la Ópera de Cámara de Múnich y Director Titular del Teatro de Ópera de Eisenach.
Carlos Domínguez-Nieto
Debutó en el Teatro Colón de Buenos Aires dirigiendo la Filarmónica de Buenos Aires en 1995. En 1997/98 fue director asistente de la Joven Orquesta Nacional de España (JONDE) y de la Münchner Jugendorchester trabajando con Mstislav Rostropovich y András Ligeti entre otros. En 1999 ganó por concurso el puesto de director asistente de Iván Fischer en la Orquesta Festival de Budapest. En 2001 ganó el primer premio en el 8. Concurso Internacional de Dirección de Orquesta de la Fundación Oriente de Lisboa. En el año 2000 hizo su debut como director de ópera en Salzburgo con «El cazador furtivo» de C. M. von Weber. Desde ese mismo año y hasta 2005 es director titular de la Ópera de Cámara de Múnich donde dirigió 13 nuevas producciones. De 2009 al 2015 fue director titular del Teatro de Ópera de Eisenach. En estos años en Alemania ha trabajado un gran repertorio operístico y de ballet de más de 50 títulos.
Ha dirigido en la Orquesta de Radio Televisión Española, la Orquesta Sinfónica de Navarra, la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, las Orquestas Filarmónicas de Gran Canaria y Málaga, la Filharmonia de Galicia, la Orquesta Filarmónica de Varsovia, la Orquesta Sinfónica de Hungría, la Orquesta de la Ópera Nacional de Hungría, la Bruckner Orchester Linz, la Orquesta Metropolitana de Lisboa, la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires y la Sinfónica de Rosario en Argentina, la Orquesta de la Universidad Nacional en México y las Sinfónicas de Aragua, Falcón, Guárico, Mérida en Venezuela, orquestas con las que ha trabajado en varias ocasiones.
Además dirige regularmente en el Teatro de la Ciudad de Klagenfurt (Austria) «La flauta mágica» y «Carmen» y en el Südostbayerisches Städtetheater – Passau (Alemania), la Orquesta Sinfónica de Múnich, la Staatsphilharmonie Halle, la Orquesta de la Radio de Múnich, las Orquestas Sinfónicas de Nürnberg, Hof, y Múnich, Orquesta Sinfónica de la Radio de Colonia (WDR) y la Filarmónica de Múnich. Ha grabado para Sony-BMG y la Radio de Baviera, con la Orquesta Sinfónica de Múnich, la Orquesta de la Radio de Múnich, la Orquesta Sinfónica de la Radio de Colonia (WDR) y la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria entre otras, con solistas como Francisco Araiza, Olga Scheps, Wen-Sinn Yang o Ingolf Turban.
Nacido en Madrid en 1972, estudia piano, violoncehelo y composición en el Conservatorio Profesional de Música-Amaniel y en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y composición y dirección de orquesta en la Escuela Superior de Música y Arte Dramático de Viena (Leopold Hager, Uros Lajovic) y en la Universidad Mozarteum de Salzburgo (Dennis-Russell Davis, Jorge Rotter). Termina sus estudios con las máximas calificaciones.
El maestro Perry So vuelve a España para ponerse al frente de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias en un programa extraordinario de Semana Santa que contará con la participación de Isabel Rey, soprano, Ana Ibarra, mezzo, Pablo Bemsch, tenor, David Menéndez, barítono y la Sociedad Coral de Bilbao. El programa es el Stabat Mater de Dvorak y los conciertos tendrán lugar en el Teatro Jovellanos de Gijón el jueves 22 y en el Auditorio Principe Felipe de Oviedo el viernes 23.
Perry So, que viene de terminar una larga serie de funciones de La Flauta Mágica en la Ópera Real Danesa, volverá a la OSPA, con la que mantiene una estrecha relación, exactamente en un mes, para afrontar un programa centrado en Sibelius y Wagner. Entretanto habrá dirigido a la Sinfónica de Núremberg, a la que más tarde dirigirá en Milán.
Debuts recientes incluyen las Orquestas de Cleveland y Minnesota, las sinfónicas de Houston, Detroit, Nueva Jersey, Israel y Shanghái, la Filarmónica China y la Residentie Orkest en la Haya. Ha sido invitado frecuente en el Walt Disney Hall y el Hollywood Bowl en su condición de Dudamel Conducting Fellow en la Filarmónica de Los Ángeles. Dirigió a la Filarmónica de Hong Kong con Lang Lang en la celebración del 15º aniversario del regreso de Hong Kong a China al cierre de su período de cuatro años como Director Asociado; y dirigió una gira de la Filarmónica de Zagreb por la península balcánica.
Recibió el Primer Premio y el Premio Especial en el 5º Concurso Internacional Prokofiev de Dirección de Orquesta en San Petersburgo. Su grabación de los conciertos para violin de Barber y Korngold con Alexander Gilman y la Filarmónica de Ciudad del Cabo recibió el Diapason D’Or en Enero de 2012. Ha grabado profusamente con la Orquesta Nacional de la BBC de Gales y con la BBC Concert Orchestra.
Es conocido por la enorme variedad de repertorio que dirige, incluidos numerosos estrenos mundiales en cuatro continentes. Ha dirigido producciones de Cosí fan tutte, La Flauta Mágica, Una Vuelta de Tuerca, Giulio Cesare, Gianni Schicchi, y Die Fledermauss. Su compromiso con los jóvenes le ha llevado a trabajar con la Orquesta Joven de Australia, el Round Top Festival, la Manhattan School of Music, la Academia de Artes Escéncias de Hong Kong y la Yale School of Music. Y ha sido asistente de Edo de Waart, Esa-Pekka Salonen, Gustavo Dudamel, Lorin Maazel y John Adams.
El bajo Roman Ialcic regresa a España para cantar el Stabat Mater de Rossini con la Orquesta Filarmónica de Málaga, la soprano Beatriz Díaz, la mezzo Nancy Fabiola Herrera, el tenor Emmanuel Faraldo y el Coro de Ópera de Málaga, todos ellos bajo la dirección del maestro Salvador Vázquez. Será en el Teatro Cervantes de Málaga los días 22 y 23 de Marzo. A continuación se incorporará a los ensayos de Demon, de Rubinstein, que tendrá lugar los días 23, 26 y 29 de Abril y 2, 5, 8 y 11 de Marzo en el Teatro del Liceo de Barcelona, teatro en el que recientemente figuró en los repartos de Otello (Ludovico) y Un ballo in maschera (Sam), ambas de Verdi.
Roman Ialcic
Nacido en Chisinau (Moldavia, 1978) Estudió con Kurt Moll, Charles Riecker, Vladimir Dragos, Nikolaus Hillebrand y Gisela Aulmann. En el teatro de San Gall, Suiza, donde formó parte de la compañía estable, cantó Escamillo, Caspar (Freischütz), Marqués (Traviata), Cascada (Viuda alegre), Tomski (La Dama de PIcas), Abimeleh (Sansón y Dalila), o Sarastro (La Flauta Mágica), entre otros.
En España participó como Don Profondo en el Viaggio a Reims del Teatro Real, en el Réquiemde Verdi en el Villamarta de Jerez, dirigido por Miguel Ángel Gómez Martínez y en un Requiemde Dvorak con la ORTVE, así como en Basilio (El barbero de Sevilla)en la ópera de Oviedo. De él ha dicho Emilio Sagi que le recuerda a Nicolai Ghiaurov, y Ángel Carrascosa ha escrito: El joven bajo Román Ialcic tiene por delante, probablemente, una carrera muy promisoria; nombres de campanillas no han resultado tan eficaces como él.
Entre sus compromisos recientes se pueden destacar Caspar, de Freischütz, en los teatros de Toulon y Saint Ettienne, que cantó también en la London Lyric Opera, y recientemente grabó con Vasily Petrenko y la Royal Liverpool Philharmonic; Tomski, de La Dama de Picas de Chaikovski en Londres, en la Ópera Nacional de Moldavia y en La Opèra National du Rhin; Fafner y Hunding en Seattle; y Abimeleh en Colonia; Basilio en Wuppertal; Gremin, de Eugene Onieguin, Raimondo, de Lucia di Lammermoor, Ramphis, de Aida y Zaccaria de Nabuco, en la Ópera Nacional de Moldavia, el Gran Inquisidor en Atenas o Ludovico de Otello de Verdi en el Teatro de la Maestranza y Gran Teatre del Liceu, donde también encarnó a Sam de Un ballo in maschera; Bartolo, del Barbiere di Siviglia en la temporada de Ópera de Bilbao o el homónimo Bartolo pero de Le Nozze di Figarode Mozart en el Teatro de Ópera de Malmö, en Suecia, así como Ferrando, de Trovatore, en Valladolid y Sparafucile, de Rigoleto en Las Palmas.
El barítono Paul Arminn Edelmann visita Las Palmas para cantar el Requiem de Fauré con la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria bajo la batuta de su titular, Karel Mark Chichon. El concierto tendrá lugar el próximo viernes 23 de Marzo en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria.
Paul Armin Edelmann
Paul Armin Edelmann nació en Viena, fue solista de los Niños Cantores de Viena. Finalizó sus estudios de canto en la Universidad de música de Viena con su padre, el reconocido bajo Otto Edelmann. En Koblenz, como parte del ensamble del Teatro, tuvo la oportunidad de presentar mas de 27 roles de Ópera y Opereta. Desde entonces ha sido invitado a la Ópera de Viena (Papageno), a la Volksoper de Viena (Dr. Falke, Papageno), al Teatro Real de Madrid (Papageno), al Théâtre Royal de la Monnaie en Bruselas (Don Pasquale), la Komische Oper de Berlin (El cazador futivo), La Ópera de San Diego (Dr. Falke y Papageno), el Nuevo Teatro Nacional de Tokyo, la Ópera de Rouen, El Lincoln Center Festival de New York (en Luci me traditrici de Sciarrino), al Teatro de la Ciudad de Darmstadt y Wiesbaden, la Ópera de Colonia, Frankfurt y Leipzig, la Ópera de Irlanda Dublin, La Ópera de Tel Aviv, Deutsche Oper Düsseldorf, Prinzregententheater München, Opera National de Montpellier, Staatsoper Stuttgart, a los festivales de Mörbisch, Schwetzingen y Schönbrun, así como a las Wiener Festwochen y la Mozartwoche en Salzburg.
En la temporada 2011/2012 debutó en la Maestranza como el Conde en Las Bodas de Fígarode Mozart y continuó con sus recitales de Lied dedicados a Robert Schumann en la Philharmonie de Berlin, Münster, Bad Kissingen, en la Opera de Bonn y en Kiel, con un debut importante en el Concertgebouw de Amsterdam con el Viaje de invierno de F. Schubert acompañado al piano por Charles Spencer. Las Navidades las festejó junto a Agela Denoke y Ramón Vargas en la Konzerthaus de Viena con Christmas in Vienna 2011. Este concierto se retransmitió y grabó en vivo por la ORF, 3 Sat y ARTE-TV. En la Ópera de Stuttgart cantó nuevamente el Eisenstein en El murciélago de J. Strauss, papel que había debutado anteriormente en el mismo teatro con gran éxito.
Como cantante de Lied y de concierto se presentó en la Konzerthaus de Viena, en el Musikverein de la misma ciudad, en los festivales de Salzburgo, en la Brucknerhaus de Linz, en el Mozarteum de Salzburgo, en la Filarmonía de Colonia, la Filarmonía Gasteig en Munich, en la Konzerthaus de Dortmund, la Philharmonie de Luxembourg, en el Palau de la Música en Valencia, en el Conservatorio Chaikovsky en Moscú y un concierto en homenaje al Papa Juan Pablo II en el Vaticano (Haydn: La creación 1998), donde volvía a presentarse en el el año 2006 con la Filarmónica de Viena (Mozart: Misa de Coronación). Ha realizado conciertos de Lied en Austria, Alemania, Italia, España, Francia, Bélgica, Dinamarca, Estados Unidos, Canadá, China y el Japón. Paul Armin Edelmann ha trabajado con reconocidos directores como: Nikolaus Harnoncourt, Lorin Maazel, Michel Plasson, Manuel Hernández-Silva, Ivor Bolton, Kazushi Ono, Paolo Carignani, Miguel Gómez Martínez, Julia Jones, Ralf Weikert, Karel Mark Chichon, Vladimir Fedoseyev y Leopold Hager.
Dirección: Manuel Hernández Silva. Programa: Concierto para violín y orquesta en Re menor, op.47, de J. Sibelius y Sinfonía nº 1 en Do menor, op. 68, de J. Brahms. Lugar: Teatro Cervantes. Fecha: Viernes 16 de marzo 2018
Apenas treinta años separaban los dos mundos que protagonizaron el noveno concierto de abono de la Filarmónica de Málaga. Programa que por su interés constituye un doble reto para los intérpretes pero también para el auditorio que lo recibe. Sin duda alguna, este abono se elevó por encima de la programación por el estado de gracia en el que se desarrollaría. Orquesta, solista y batuta conjugaron ese momento de inspiración ideal que sólo puede ofrecer la fragilidad del instante.
Amaury Coeytaux
A una primera parte elevada le continuó una segunda brahmsiana de factura serena y acentuada. El Guadagnini de Amaury Coeytaux que ya estuvo presente hace dos temporadas con la OFM defendiendo el Concierto para violín de Beethoven volvía al Cervantes con el homónimo del finlandés J. Sibelius. Amaury, actual primer violín del cuarteto Modigliani, con la misma honestidad que defendió entonces Beethoven, se presentaba en esta ocasión en absoluta comunión tanto con el conjunto, como la dirección magistral mostrada por el titular de la Filarmónica.
Versión inolvidable y reveladora la de este solista galo centrada en la expresión gracias al dominio técnico que maneja sin el cual lo expuesto se derrumbaría por falta de consistencia. Coeytaux fulmina el carácter romántico de la partitura y muestra a Sibelius desgajado de dramatismo y tintes nacionalistas para descubrir al oyente a un compositor profundo que utiliza la forma como simple hilo estructural. En el denso allegro de apertura Coeytaux jugó con las tensiones abonando el canto desarrollado en el motivo central para finalmente iluminar la sala en el allegro de cierre.
Brahms tardó dos décadas en concebir su primera sinfonía que fue considerada en su día como la décima de Beethoven por algunas de las referencias que evoca. Máximo interés que no impidió interrupciones de teléfonos o que cierta butaca prefiriese las notas de voz de su wassap, bochornoso. Quizás ha llegado el momento para que el teatro se plantee un inhibidor de señal. Con todo OFM y batuta permanecen por encima de esta tibieza ofrecieron una lectura no sólo de referencia sino también como propia del gran conjunto que defienden en cada programa.
En los cuatro movimientos que articular la sinfonía Hernández Silva aprovecharía dos claves: tensión y riqueza tímbrica. Su dirección potenció los continuos diálogos entre maderas y cuerdas conteniendo hasta el movimiento conclusivo el empuje de bronces. No desaprovechó tampoco el hilo rítmico marcado por el profesor Sanz y el resultado no pudo ser más que un capricho de genialidad.
Glorieuse trompette es el título que la Orchestre Symphonique de Laval ha dado al concierto de debut de Pacho Flores el próximo 14 de Marzo en Canadá y en el que protagonizará el estreno absoluto de Preach, pour trompette et orchestre de Alain Trudel. El programa incluye además algunos de los caballos de batalla de Flores, como el Concierto para Corno da Caccia de J. B. G. Neruda, Soledad, de Efraín Oscher e Invierno Porteño, de Piazzolla, en arreglo de Oscher. Este será el tercer estreno absoluto de Flores en lo que llevamos de 2018, tras su propia obra Cantos y Revueltas con la Real Filharmonía de Galicia y Manuel Hernández-Silva en Enero y el Concierto de Giancarlo Castro con la Ulster Orchestra y Rafael Payare en Febrero.
Pero el verdadero e intenso plan de estrenos dará comienzo en la temporada 18/19 con el arranque del gran proyecto de encargos compartidos que Pacho Flores está llevando a cabo a algunos de los compositores más relevantes de la actualidad como Arturo Márquez, Roberto Sierra, Paquito D’Rivera, Efraín Oscher o Christian Lindberg. Este proyecto, cuya finalidad es expandir el repertorio de trompeta solista con obras de primera línea, se extenderá a lo largo de cuatro temporadas y en él participan orquestas de todo el mundo. El primero de los encargos completados, a Arturo Márquez, tiene sus estrenos previstos en México (Septiembre de 2018), EEUU (Enero de 2019), Japón (Mayo de 2019) y España (Agosto de 2019).
El resto de encargos va avanzando a buen paso, con algunos estrenos ya comprometidos, que iremos anunciando a medida que se vayan completando. Este proyecto, que se extenderá a lo largo de Norte y Sur América, Europa, Asia y Oceanía, tendrá su colofón en forma de dos grabaciones para el sello de Flores, Deutsche Grammophon. Precisamente dentro de unas semanas Flores se encerrará a grabar su tercer disco para el sello amarillo con la Arctic Philharmonic y su titular Christian Lindberg, que incluirá los conocidos conciertos para trompeta de Haydn y Arutunian; Akban Bunka, de Christian Lindberg; y arreglos de obras de Sarasate, Piazzolla y Antonio Carlos Jobim. En paralelo a este proyecto Flores tiene previstos más estrenos absolutos, como el del Doble Concierto para trompeta y trombón de Christian Lindberg en España en Marzo de 2019 con el trombonista Ximo Vicedo; y del Concierto para trompeta de Arturo Sandoval en Argentina en Octubre de 2019.
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