Manuel Hernández-Silva afronta este próximo lunes, 17 de Abril, en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, su último concierto al frente de la Orquesta Joven de Andalucía como Director Musical, con un programa que incluye la Suite del ballet Estancia, de Ginastera, Danzas Fantásticas, de Turina, y Obertura Cubana y Un Americano en París de Gershwin.
Renovación en Málaga
En una intensa semana en que se hizo pública su renovación como Director Musical y Artístico de la Orquesta Filarmónica de Málaga hasta 2020, y en la que dirigió dos conciertos del Requiem de Brahms con Juanita Lascarro y Thomas Laske, la Junta de Andalucía ofreció una rueda de prensa para anunciar el final de etapa de Hernández-Silva como Director Musical de la OJA. Hernández-Silva ha expresado su profundo agradecimiento a todos los responsables de la joven orquesta por la confianza depositada en él y por la oportunidad que se le dio de desarrollar una de las tareas que le resulta más grata como es trabajar con los jóvenes. “La OJA -ha comentado- ha sido una de las experiencias más reconfortantes y hermosas de mi vida profesional.» A pesar de ello, entiende que es el momento de cerrar esta etapa y dar paso a nuevos proyectos que continúen contribuyendo al desarrollo artístico de la Joven Orquesta. A continuación Hernández-Silva vuelve a la Filarmónica de Málaga para dirigir al virtuoso violinista Svetlin Roussev interpretando la Sinfonía Española de Lalo en dos conciertos en el Teatro Cervantes y otro en el Villamarta de Jerez.
El maestro Manuel Hernández Silva renueva su contrato con la OFM hasta el 30 de junio de 2020.
El pasado mes de Diciembre de 2016, la Orquesta Filarmónica de Málaga, participada por el Excmo. Ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía, decidió, por unanimidad de su Junta General, renovar el contrato del maestro Manuel Hernández-Silva como Director Titular y Artístico.
Hernández-Silva accedió al cargo en Septiembre de 2014 y tenía contrato en vigor hasta Junio de 2018, pero las autoridades han decidido su renovación mucho antes del vencimiento “por el gran nivel artístico que ha alcanzado la Orquesta, por su especial conexión con el público así como la vitalidad y entusiasmo que transmite tanto al público como a los profesores de la Orquesta en todas sus actuaciones públicas”.
El permanente reflejo en la prensa de la progresión de la calidad de la orquesta, así como el nuevo marco de relaciones con otros agentes culturales de la ciudad y de la comunidad autónoma, han convencido a la dirección de la institución de la necesidad de una “renovación con la que esperamos continuar con la estabilidad artística propiciada desde la llegada del maestro Manuel Hernández-Silva, así como, seguir creciendo en proyectos artísticos bajo su titularidad”.
El Maestro Hernández-Silva fue también Director Titular y Artístico de la Orquesta de Córdoba, de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, de la Orquesta Joven de Andalucía, y Director Principal de la Orquesta Simón Bolívar de Venezuela. En la actualidad dirige asiduamente orquestas españolas e internacionales.
A continuación reproducimos algunos fragmentos destacados de las excelentes críticas recibidas por Ira Levin en el re-estreno de La campana sommersa, de Ottorino Respighi, en la New York City Opera, 88 años después de su estreno en la ciudad.
«A los mandos de todo este entramado, el director Ira Levin supo poner orden y concierto a una orquesta reforzada por músicos del Teatro Lirico de Caglari. Dada la gran orquestación de la obra y las limitadas dimensiones del Rose Theater, la dirección primó el control orquestal sobre la exuberancia de la partitura. En cualquier caso, el sentido narrativo fue excelente con continuos contrastes entre las diversas escenas, y supo mantener la tensión necesaria que requiere Respighi. Su labor, al igual que la del resto del elenco, fue muy aplaudida y la representación es un nuevo éxito a apuntar a la New York City Opera, que desde su “vuelta a la vida”, cuenta sus propuestas por éxitos.»
«Much of the credit for the powerful impact of Friday night’s performance was due to Ira Levin, who conducted the combined NYCO Orchestra and Italy’s L’Orchestra del Teatro Lirico di Cagliari with lushness and maximum impact. Levin led the 70-player ensemble with technical assurance and astute attention to the composer’s contrasts.»
«A melding of orchestras, New York and Cagliari, under Ira Levin, made Respighi’s intricate, experimental sound seem bigger than it was without ever drowning the impressive clarity of the singers. It was, especially for an unfamiliar score on an opening night, a seamlessly well-ordered performance. One hopes the revived NYCO will build on such sure and fascinatingly unfamiliar foundations.»
Rautendelein (Brandie Sutton) and the creatures of the forest in La Campana Sommersa. Sarah Shatz
«The orchestra […] played this ornate score with easy virtuosity under the baton of conductor Ira Levin, even managing to create a warm, enveloping sound in the acoustically dry Rose Theater.»
«Finally conductor Ira Levin kept his baton firmly on his orchestra and his singers. It is a difficult score, moving between grand opera and Respighi’s dream imagery, yet is was accomplished without lagging, without a moment which wasn’t interesting.»
Santiago de Compostela, jueves 23 de marzo de 2017. Auditorio de Galicia. Amaury Coeytaux, violín. Real Filharmonía de Galicia. Manuel Hernández-Silva, director. Edvard Grieg: Sinfonía en Do menor. Piotr Illich Chaikovski: Concierto para violín en Re mayor, op. 35. Asistencia: 95%.
Cada vez que el hispanovenezolano Manuel Hernández-Silva (Caracas, 1962) viene a dirigir la Real Filharmonía hay motivo de alegría. Él conoce la fórmula para hacer que la orquesta toque con entusiasmo, y a la vez que ese entusiasmo nunca ensucie el sonido; además siempre propone cosas nuevas, aunque la pieza en atriles sea archiconocida. En esta ocasión, por contra, la obra que abría el cartel –la Sinfonía en Do menor de Edvard Grieg- era primicia en el repertorio de la orquesta; de modo que tampoco le importó ceder el protagonismo de la noche al violinista que actuó en la segunda parte.
En las anónimas notas del programa de mano se cuenta que Grieg, tras la primera audición de la obra, previno a su editor ante cualquier posterior interpretación pública de esta Sinfonía (compuesta a los veinte años de edad). Con buen criterio, no sólo en comparación con lo que vino después, sino porque la partitura merece ser desenpolvada únicamente como curiosidad. Es cierto que Grieg cursó con aprovechamiento sus estudios en Leipzig y que aprendió el oficio escuchando a Schumann y Mendelssohn; pero la obra ni se acerca a la de esos maestros.
Los dos temas del primer tiempo desde luego apuntan maneras del lirismo que conoceremos después, pero sólo las apuntan, en medio de un desarrollo largo, tedioso y repetitivo. Los otros tres movimientos son más concisos, con el único estímulo musical de que el scherzo –algo machacón y ruidoso- se corona con una coda. La pieza fue elección de Hernández-Silva, entre otras cosas porque se ajusta a la plantilla de la Real Filharmonía, y la defendió con convicción (y sudando la gota gorda, pero la orquesta le siguió como un solo hombre), gracias a un pulso rayano en lo milagroso que no dio un solo compás por perdido.
Tampoco el francés Amaury Coeytaux (Burdeos, 1984) debutaba en el Auditorio de Galicia. Y si en ocasiones anteriores no defraudó, esta noche dejó a todo el mundo con la boca abierta. A estas alturas, a cualquier violinista que se atreva con el Concierto de Chaikovski se le da por supuesta una técnica infalible –y Coeytaux no iba a ser la excepción-, pero lo que no es normal –y menos a su edad- es que la exhiba con la madurez y el aplomo de un concertista que sabe ir más allá de la pirotecnia; además, Coeytaux presenta una afinación absolutamente impecable (por algo sirve como concertino en la Orquesta Filarmónica de Radio Francia) y la rara cualidad solista de saber escuchar a la orquesta que le acompaña (ahí está su dedicación también a la música de cámara).
Añádase a ello la naturalidad del fraseo de Coeytaux, y el irresistiblemente dulce sonido de su Guadagnini. Y la personalidad de Hernández-Silva, que no se resigna al papel de comparsa y confronta a la orquesta con el solista en los tres bien diferenciados ambientes de los movimientos de esta pieza: rotundidad y limpieza en el primer tiempo, con una orquesta brillante en sus tutti y con un Coeytaux dando los sobreagudos de la cadencia justo en el centro de la nota; un pianissimo de ensueño por ambas partes en la célebre “Canzonetta”; y un auténtico elogio de la semigarrapatea correteadora en el finale, porque Coeytaux impuso una velocidad por encima del vértigo, pero se escucharon todas y cada una de las notas (también las de los cortes consuetudinarios) tanto en el violín como en la orquesta.
¿Hace falta referir el delirio del público? Pues eso, que vuelvan pronto. Los dos.
Ira Levin dirigirá La campana sommersa de Ottorino Respighi en la New York City Opera los días 31 de Marzo, 1 4 y 5 de Abril. Con libreto de Claudio Guastalla, inspirado en la obra de teatro homónima del dramaturgo alemán Gerhart Hauptmann, fue estrenada en el Stadttheater de Hamburgo en 1927 en traducción alemana, pues Ricordi había rechazado publicarla, cosa que finalmente hizo el editor Bote & Bock. Llegó a Nueva York tan solo dos años después, y desde entonces no se había vuelto a representar en esta ciudad. Ahora lo hace en co-producción con la Fondazione Teatro Lirico de Cagliari.
Natural de Chicago, comenzó las clases de piano a los 9 años y accedió al programa de música de la Northwestern University a los 12. Estudió con el legendario Jorge Bolet en la Indiana University, y después en el Curtis Institute of Music de Philadelphia, donde ejerció como asistente de Bolet mientras estudiaba dirección con Max Rudolf, recibía lecciones de música de cámara de Mischa Schneider y Felix Galimir, apareciendo en las funciones de Age of Anxiety de Leonard Bernstein, dirigidas por el compositor y director.
Michael Gielen lo toma como asistente en 1985 en la Frankfurt Opera, donde debutó al año siguiente con Fidelio y donde permaneció hasta 1988 cuando se convirtió en Director Principal de la Bremen Opera hasta 1996, y a continuación Director Principal en la Deutsche Oper am Rhein, Duesseldorf-Duisburg hasta 2002. Entre 1994 y 1998 fue también principal director invitado en la Kassel Opera, donde dirigió el estreno alemán de Maskarade, de Carl Nielsen. En 2002 debutó con éxito en la Semper Oper durante el Dresden Opera Festival con Tristán e Isolda en una sustitución de última hora y sin ensayos, lo que le valió ser invitado inmediatamente de nuevo para dirigir Die Frau ohne Schatten.
En 2001 asumió, hasta 2005, la dirección musical y artística del Teatro y la Orquesta de Sao Paulo obteniendo el aplauso internacional por el trabajo realizado en apenas cuatro años. Dirigió Jenufa en 2004, el primer título de Janacek en la historia de Brasil, así como los estrenos brasileños de la Misa Glagolítica, 4ª de Shostakovich, 10ª de Mahler (Cooke), Kullervo de Sibelius, 3ª y 5ª de Nielsen, Le Tragedie de Salome, de Schmitt, el Concierto para cuarteto de Schoenberg y muchos otros títulos clásicos y modernos. En noviembre de 2004 Ira Levin y la Orchestra de Sao Paulo ganaron el Premio Carlos Gomes para la mejor orquesta de Brasil. Entre 2007 y 2010 fue director musical y artístico del Teatro Nacional de Brasil, en Brasilia, con cuya orquesta realizó giras internacionales y puso en marcha uno de los programas didácticos más aplaudidos de Latinoamérica con más de 45.000 estudiantes.
Desde 2013 es Principal Director Invitado del Teatro Colón de Buenos Aires donde hizo su debut con Lohengrin en 2011, fue reinvitado en 2012 para dirigir la primera representación americana del Oedipe de Enescu y donde desde entonces dirige varios títulos de ópera y conciertos sinfónicos cada año. 2013 también fue el año de su debut en la Sala Filarmónica de Berín dirigiendo su orquestación de la Fantasía contrapuntística de Busoni y la 4ª de Schumann con la Orquesta Sinfónica de Berlín y donde aparecía también como pianista-director en el Concierto nº 14 de Mozart.
Ira Levin ha dirigido más de 1.000 funciones de más de 60 títulos de ópera, la mayor parte del repertorio sinfónico standard así como obras menos conocidas y ha trabajado con innumerables solistas, cantantes y directores de escena de prestigio internacional. Ha dirigido la Dresden Staatskapelle, Leipzig Gewandhaus, Frankfurt Museum Orchestra, Düsseldorf Symphony, Duisburg Philharmonic, Bruckner Orchestra de Linz, Badische Staatskapelle de Karlsruhe, Bremen Philharmonic, Portuguese Symphony Orchestra de Lisboa, Sinfónica del Estado de México, National Symphony of Taiwan, Filarmónica de Buenos Aires, Dublin Opera, Montpellier Opera, Norske Opera de Oslo, Norrlands Opera de Suecia, y la Cape Town Opera.
Fue invitado por la Symphony Orchestra of the Norrlands Opera en 2008 para dirigir la primera grabación mundial de la primera edición de 1899 de la 6ª sinfonía de Bruckner, editada en 2009 por el sello Lindoro que obtuvo encendidas críticas, incluidas las de algunos de los más destacados expertos internacionales en Bruckner. Igualmente ese año 2011 se llevó a cabo la primera grabación de la primera edición de la 2ª sinfonía de Bruckner con la misma formación.
Completísimo pianista, Ira Levin fue el ganador del Primer Premio del American National Chopin Competition en 1980. Ha actuado en EEUU, Latinoamérica y Europa, y continúa apareciendo en recital y concierto, a menudo dirigiendo desde el teclado, como en Lucerna, donde dirigió y tocó el monumental concierto de Busoni. O cuando tras una cancelación con muy poca antelación tocó y dirigió de memoria el concierto No.2 de Brahms en Brasilia. Su disco, Ira Levin piano transcriptions, también en Lindoro, obtuvo el premio de la Revista Bravo! En Brasil como mejor CD de 2007. Un segundo disco de transcripciones se ha realizado en 2011.
La finlandesa Edition Tilli está editando todas sus transcripciones, así como las orquestaciones de la colosal Fantasia Contrappuntistica de Busoni, la Fantasia y Fuga sobre BACH de Liszt o la Variaciones y Fuga sobre un tema de Bach, de Max Reger.
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