LÍRICA | ‘FIDELIO’ EN EL TEATRO CERVANTES
– Y su nombre es Berna Perles.
La soprano malagueña conmueve en un Teatro Cervantes repleto con la representación de ‘Fidelio’, la obra de Beethoven que abrió el curso operístico.
PABLO BUJALANCE, Málaga Hoy, 01 Noviembre, 2019 – 23:30h
Hace ya bastante que el talento y el virtuosismo de Berna Perles dejaron de ser un secreto a voces, pero la representación de Fidelio que abrió este viernes la temporada lírica en un Teatro Cervantes repleto significó, en gran medida, la revelación de la soprano malagueña como uno de los valores más firmes y a la vez más prometedores de la escena lírica nacional. Su doble construcción de la Leonora que se hace pasar por Fidelio para salvar de las garras de la cárcel a su esposo Florestán […] llegó a ser conmovedora y generosa sin reservas ya en el Abscheulicher! Wo eilst du hin? del primer acto. Perles no sólo se adaptó como un guante a la producción escénica […] también, más aún, al empeño del director José Carlos Plaza en hacer de la ópera un verdadero alegato no tanto ilustrado sino político. Es decir, la cantante brilló también como actriz en la constitución del arquetipo perfecto, tan frágil como lleno de coraje, que culmina su estallido emocional en un Nichts, mein Florestan! que ayer mereció su consagración.
Fidelio contó con un reparto a la altura, en el que brillaron especialmente la soprano Beatriz Díaz como Marzelline, en una composición harto difícil resuelta con una interpretación bien ajustada, eficaz y espléndida; el tenor César Gutiérrez como Florestán, ya tremendo desde su presentación en el Gott, welch Dunkel hier!; … En el foso, Manuel Hernández-Silva extrajo de la Orquesta Filarmónica de Málaga, como suele, los matices idóneos de la partitura para la evocación canónica del clasicismo vienés, en un jugoso diálogo con una puesta en escena dirigida a la deslocalización y la universalidad del mensaje.
Málaga se rinde a Fidelio y a su impactante escenografía
Andrés Sánchez Miranda, Opera World 5 noviembre 2019
En el aspecto interpretativo, debemos mencionar el buen canto expresivo de la soprano malagueña, Berna Perles, que demuestra también gran fortaleza y resistencia vocal… El personaje de Florestán está interpretado por César Gutiérrez, un tenor con muchísima fuerza de tesitura alta, que demuestra su oficio. No aparece hasta el segundo acto, pero interpreta un papel muy intenso, repleto de notas altas. También, descuellan la agilidad y capacidad vocálica de Beatriz Díaz, que interpreta al personaje de Marzelline…, también hay que destacar la labor de Luis López en el papel de Don Fernando.
En la ópera, Beethoven da tanta importancia a la orquesta como a las voces. En este sentido, se ratifica la excelente labor tanto de Manuel Hernández-Silva, como Director musical, como la de los músicos de la Orquesta Filarmónica de Málaga, que brillan en el extraordinario inicio de la obertura y su carácter heroico.
Genuino y oportuno Fidelio
Raúl González Arévalo, mundoclasico.com, 6 de noviembre de 2019
Manuel Hernández-Silva es conocido por su formación vienesa y su amor por el Clasicismo (como se puede ver en la extensa entrevista que le hice hace ahora un año y medio). Su afinidad con el genio de Bonn es total y el conocimiento de su producción, profundo. De ahí el acercamiento netamente clasicista que ha impreso a su única ópera. El venezolano tiene toda la razón cuando defiende que a Fidelio hay que llegar desde Mozart y Haydn (yo añadiría Salieri, que además fue su maestro) y no desde Wagner.
Con estos mimbres, el Fidelio malagueño sonó genuinamente clasicista y menos romántico de lo que ha impuesto la costumbre, con texturas incluso ligeras y casi mozartianas en las partes más líricas. Con el volumen de la orquesta controlado se podían apreciar mejor los planos y efectos del tejido orquestal, con un resultado final menos dramático y más cercano al singspiel con el que le emparentan los diálogos hablados. Así se encuentra realmente entre La flauta mágica (1791) y El cazador furtivo (1821), haciendo de puente entre ambas. Un resultado posible gracias a un ejercicio intelectual reposado, con decisiones maduradas, un criterio en la dirección clarísimo y una guía con mano firme y segura de una orquesta a la que ha sabido encumbrar desde hace unos años en su mejor momento musical.
Con este planteamiento musical, Berna Perles fue probablemente la Leonore soñada por el director. El entendimiento entre ambos es total, como han demostrado en reiteradas ocasiones, y no me cabe duda de que si la soprano malagueña ha aceptado el reto -¡y el riesgo!- que suponía añadir la protagonista beethoveniana a su repertorio ha sido por la protección que le brindaba Hernández Silva. Hacía un año y medio que no la escuchaba en directo, después de la segunda maternidad su instrumento ha ensanchado, se ha oscurecido en el centro y ha ganado consistencia en el grave, muy bien trabajado, como el modo de saldarlo de modo natural con el centro. Además, lo ha conseguido sin perder luminosidad en el agudo, su punto fuerte. Sigue siendo en esencia una lírica con coloratura, que ahora aborda con mayor comodidad papeles más centrales.
Como era lógico, la encarnación de la soprano malagueña en ningún momento forzó su instrumento, e incluso se apreciaba cierta prudencia en los momentos más comprometidos, no tanto el aria -bien resuelta, incluyendo los pasajes más complicados como el salto de octava en la cabaletta– como el dúo con el tenor, de tesitura un tanto baja para ella. De todo salió victoriosa, incluyendo los complicados diálogos, en los que su alemán resultó el más fluido y mejor hablado de todo el reparto, a excepción de Favetys.
Igualmente, tuvo una cálida acogida la Marzelline de Beatriz Díaz, que hace dos años fue una gran Despina. La asturiana ofreció una voz más lírica que ligera para su personaje, particularmente brillante en el registro agudo y buenas dotes dramáticas. Aprovechó muy bien sus intervenciones para hacerse notar, en particular el dúo inicial y el maravilloso cuarteto que le sigue… adecuados el Jaquino de aspecto contrahecho de Pablo García López y el Don Fernando de Luis López.
En definitiva, este Fidelio ha constituido sin duda una buena apertura de la temporada lírica malagueña, con elementos de indudable interés, a pesar de la ingratitud de la ópera, que exige un enorme esfuerzo musical y dramático que no luce todo lo que debería por su limitada capacidad teatral.
Un Fidelio para recordar
Pablo Álvarez, La Música en Siana, 05/11/2019.
Málaga se asienta firmemente en el circuito operístico nacional con una apuesta plausible gracias al crecimiento que la Orquesta Filarmónica de Málaga ha experimentado desde la llegada del maestro Manuel Hernández-Silva que esta temporada se despide de la titularidad dejando el listón muy alto tanto en conciertos como desde el foso.
Y este Fidelio (en la versión de 1814) ha sido un proyecto muy personal del director venezolano afrontando el Beethoven todavía clásico, pero con su propia sonoridad y estilo vienés, que conocen de primera mano tanto el compositor en la ciudad imperial como el director en sus estudios “a pie de obra”. Si su Mozart del pasado año resultó conmovedor en este mismo coliseo malagueño, en el Beethoven que conmemoraremos largamente en el 250 aniversario del próximo año, encontró todos los mimbres para armar una ópera exigente en todos los aspectos.
…comenzando con una Berna Perles creciendo desde Fidelio hasta la Leonora final, una soprano malagueña que personificó este rol complicado con solvencia, presencia y convicción, voz ideal de dicción perfecta e interpretación rotunda a lo largo de la representación.
También volvían al Cervantes la pareja asturcordobesa, la soprano Beatriz Díaz como Marzelline, hija de Rocco, y el tenor Pablo García López en un Jaquino muy personal. Ellos abren la ópera con un dúo que apuntaba una función redonda, la asturiana en su línea de excelencia debutando un papel en alemán que le va como anillo al dedo en todo: voz llena de matices, amplios y de proyección suficiente, incluso en las partes habladas, ganando cada vez más en los graves manteniendo unos agudos impecables, sumando una escena que llena en cada aparición suya (impagable la escena segunda con Rocco), y el cordobés que madura a pasos agigantados recreando un conserje enamorado cojo pero sin problemas físicos para una interpretación donde tanto el canto como las partes habladas fluyen de manera natural para este personaje ideal, generoso en el amplio sentido de la palabra y en todas sus intervenciones.
…el Don Fernando del bajo malagueño Luis López me sorprendió gratamente por color y volumen, una voz prometedora que ayudó a equilibrar el reparto solista […]voces todas empastadas, distinguibles y audibles perfectamente, siempre equilibradas y presentes gracias a un foso atento.
Y en el foso una Filarmónica de Málaga realmente clásica en sonoridades, sin historicismos instrumentales pero con sonido vienés, al servicio de las voces, calidades en las maderas, virtuosismo en la trompeta solista, dinámicas amplias siempre en el plano correcto, más una cuerda sedosa y clara, todo bajo la batuta de un Hernández-Silva que sabe cómo sacar de todos lo mejor.
Málaga: ‘Fidelio’ en perspectiva clásica
Alejandro FERNÁNDEZ, Ópera actual, 04/11/2019
Manuel Hernández Silva, titular de la Orquesta Filarmónica de Málaga, comandaría desde el foso la dirección musical consciente de las anotaciones de este ensayo lírico beethoveniano sin enmascarar sus rasgos mozartianos y alejándose de los enfoques románticos. Todo ello sobre dinámicas oscilantes que buscaban el equilibrio de fuerzas entre conjunto y solistas.
Hubo también equilibrio en el elenco protagonista, donde la mano del director musical fue clave para este primer título de la temporada apostando por nuevas voces para este Fidelio, comenzando por la cada vez más apreciada soprano Berna Perles, que como Leonore acapararía gran parte de la atención ofreciendo una línea de canto generosa en el plano medio, sobrada en las notas agudas y con gran sentido actoral como sucedió en el aria “Abscheulicher, wo eilst du hin?” o en el dúo “O namenlose Freude!” del acto segundo.
Generosa y convincente resultó la Marzelline de Beatriz Díaz, que atravesó sin dificultades el muro sonoro que impone el conjunto orquestal y buen trabajo el del Florestán de César Gutiérrez. El tenor Pablo García López fue otro de los puntales de la apuesta exprimiendo las posibilidades canoras y actorales del personaje de Jaquino.Por muchas razones este Fidelio ha sido una apuesta a ganador y prueba de ello fue el debut del también bajo Luis López que aprovechó la oportunidad de que le daba el personaje de Don Fernando para mostrar la rotundidad de su instrumento vocal.
Fidelio
Alejandro Fernández, La Opinión de Málaga, 03.11.2019 | 05:00
Fidelio inaugura la temporada apostando fuerte sobre la base de una producción escénica con sentido que suma enteros a la concepción musical que ha manejado el director musical al frente de la más que resuelta Filarmónica de Málaga, Manuel Hernández Silva: equilibrio. …lo orquestal, con una línea desde el podio clara, asentada en el clasicismo musical que se aleja de los tópicos pseudo románticos anteponiendo dinámicas dúctiles.
Berna Perles en el papel de Leonora mostraría el talento y músculo vocal de la gran soprano dramática en la que se ha convertido. Perles maneja las tablas y en lo canoro destaca el plano medio donde reina gracias al control del fraseo y la naturalidad de sus notas altas.
No menos destacable fue la Marzelline defendida por Beatriz Díaz que ofreció en todo momento notas altas bien trabadas completando el arco tímbrico de ambas damas visibles en los empastes a dúo.
Por su parte Pablo García exprimió al máximo sus cualidades canoras y actorales que serían ampliamente reconocidas por el auditorio. Mención aparte merece el trabajo expuesto el Florestán defendido por César Gutiérrez en una suerte de medida y gusto musical.
Luis López que llega reclamando por derecho su momento en la escena nacional, el Cervantes tiene con el barítono malagueño una apuesta segura y es que López lo tiene todo para construir una leyenda. La temporada lírica despega y lo ha hecho con talento y unanimidad.
MÁLAGA / “Fidelio” de ponderado clasicismo
José Antonio Cantón, Scherzo, 06/11/2019
…el maestro Manuel Hernández-Silva ha querido interpretar esta ópera desde un planteamiento estético más propio de la Primera Escuela de Viena, particularmente referido a un estilo mozartiano, entendiendo que es ahí donde mejor tiene cabida su naturaleza de singspiel en la que canto y recitado se alternan en el desarrollo de su dramatismo.
…la soprano Berna Perles, sacó su vena lírico-dramática con ese gran acierto imaginativo y fuerza vocal que va consiguiendo en su carrera. César Gutiérrez encajó en el papel de Florestán atendiendo a las características de heldentenor (heroico); desenvuelto con firmeza, limpieza y facilidad en la zona aguda de su registro, cuidando en todo momento su fraseo.
El resto del elenco funcionó con eficacia canora y sentido dramático, auspiciados por el equilibrio alcanzado entre la dirección musical y el acertado planteamiento escénico de José Carlos Plaza. El director teatral supo orientar las juveniles ansias de amor de Jaquino y Marzelline en la primera escena, papeles muy adecuadamente interpretados por el tenor Pablo García López, al que se le ha ensanchado su expresividad vocal, y la soprano Beatriz Díaz. También fue el caso de su compañero de cuerda Luis López en el papel de don Fernando, ministro del rey, con un timbre más homogéneo y uniforme en las distintas alturas.
Tuvo su momento culminante en la apoteósica escena final con la que termina esta ópera, donde el maestro Hernández-Silva alcanzó, después de una admirable dirección del interludio del segundo acto, el culmen de su bien pensado concepto interpretativo de ponderado clasicismo.