Transcribimos la entrevista que ha mantenido César Combarros, de la agencia ICAL, a Manuel Hernández-Silva, director de los cuatro conciertos que protagoniza la OSCyL esta semana en el ciclo Sinfónica en CyL
Cada vez que el hispanovenezolano Manuel Hernández-Silva (Caracas, 1962) viene a dirigir la Real Filharmonía hay motivo de alegría. Él conoce la fórmula para hacer que la orquesta toque con entusiasmo, y a la vez que ese entusiasmo nunca ensucie el sonido; además siempre propone cosas nuevas, aunque la pieza en atriles sea archiconocida. En esta ocasión, por contra, la obra que abría el cartel –la Sinfonía en Do menor de Edvard Grieg- era primicia en el repertorio de la orquesta; de modo que tampoco le importó ceder el protagonismo de la noche al violinista que actuó en la segunda parte.
En las anónimas notas del programa de mano se cuenta que Grieg, tras la primera audición de la obra, previno a su editor ante cualquier posterior interpretación pública de esta Sinfonía (compuesta a los veinte años de edad). Con buen criterio, no sólo en comparación con lo que vino después, sino porque la partitura merece ser desenpolvada únicamente como curiosidad. Es cierto que Grieg cursó con aprovechamiento sus estudios en Leipzig y que aprendió el oficio escuchando a Schumann y Mendelssohn; pero la obra ni se acerca a la de esos maestros.
Los dos temas del primer tiempo desde luego apuntan maneras del lirismo que conoceremos después, pero sólo las apuntan, en medio de un desarrollo largo, tedioso y repetitivo. Los otros tres movimientos son más concisos, con el único estímulo musical de que el scherzo –algo machacón y ruidoso- se corona con una coda. La pieza fue elección de Hernández-Silva, entre otras cosas porque se ajusta a la plantilla de la Real Filharmonía, y la defendió con convicción (y sudando la gota gorda, pero la orquesta le siguió como un solo hombre), gracias a un pulso rayano en lo milagroso que no dio un solo compás por perdido.
Tampoco el francés Amaury Coeytaux (Burdeos, 1984) debutaba en el Auditorio de Galicia. Y si en ocasiones anteriores no defraudó, esta noche dejó a todo el mundo con la boca abierta. A estas alturas, a cualquier violinista que se atreva con el Concierto de Chaikovski se le da por supuesta una técnica infalible –y Coeytaux no iba a ser la excepción-, pero lo que no es normal –y menos a su edad- es que la exhiba con la madurez y el aplomo de un concertista que sabe ir más allá de la pirotecnia; además, Coeytaux presenta una afinación absolutamente impecable (por algo sirve como concertino en la Orquesta Filarmónica de Radio Francia) y la rara cualidad solista de saber escuchar a la orquesta que le acompaña (ahí está su dedicación también a la música de cámara).
Añádase a ello la naturalidad del fraseo de Coeytaux, y el irresistiblemente dulce sonido de su Guadagnini. Y la personalidad de Hernández-Silva, que no se resigna al papel de comparsa y confronta a la orquesta con el solista en los tres bien diferenciados ambientes de los movimientos de esta pieza: rotundidad y limpieza en el primer tiempo, con una orquesta brillante en sus tutti y con un Coeytaux dando los sobreagudos de la cadencia justo en el centro de la nota; un pianissimo de ensueño por ambas partes en la célebre “Canzonetta”; y un auténtico elogio de la semigarrapatea correteadora en el finale, porque Coeytaux impuso una velocidad por encima del vértigo, pero se escucharon todas y cada una de las notas (también las de los cortes consuetudinarios) tanto en el violín como en la orquesta.
¿Hace falta referir el delirio del público? Pues eso, que vuelvan pronto. Los dos.
Manuel Hernández-Silva y Amaury Coeytaux se volverán a encontrar con la Real Filharmonía de Galicia para ofrecer el Concierto de violín de Chaikovski, junto a la poco habitual Sinfonía en Do de Grieg, en el Auditorio de Galicia de Santiago de Compostela y en el Teatro Jofre de Ferrol los próximos días 23 y 24 de Marzo, respectivamente. Además el sábado 25 habrá una sesión familiar solo con la sinfonía en audición comentada dentro del ciclo «Coñece una orquestra: a túa» a cargo de Hernández-Silva.
Hernández-Silva y Amaury Coeytaux han disfrutado ya de otras colaboraciones en el pasado: Se encontraron por primera vez en la Orquesta de Córdoba con motivo de la inauguración del Teatro Góngora de esta ciudad, donde ofrecieron el Concierto de Beethoven; con la misma Real Filharmonía ofrecieron en Enero de 2015 en Santiago y Coruña el Concierto nº 3 de Saint-Säens; con la Orquesta Filarmónica de Málaga interpretaron el de Beethoven en Septiembre de ese mismo año en el concierto inaugural de la temporada 15/16; y tienen previsto encontrarse de nuevo en Marzo de 2018 para interpretar el de Sibelius, de nuevo con la OFM.
Amaury Coeytaux debutó con la RFG en la temporada 2010/11 bajo la batuta de Santiago Serrate para ofrecer el estreno absoluto del Concierto para violín de Octavio Vázquez y otras orquestas españolas en las que se le ha podido ver son las de Radio Televisión Española o Extremadura. Por su parte Manuel Hernández-Silva viene cultivando una estrecha relación con la RFG, a la que visita por séptima vez en los últimos ocho años.
Transcribimos la entrevista que ha mantenido César Combarros, de la agencia ICAL, a Manuel Hernández-Silva, director de los cuatro conciertos que protagoniza la OSCyL esta semana en el ciclo Sinfónica en CyL
Hernández Silva: “Ofrecemos la posibilidad de degustar dos platos muy sabrosos del repertorio clásico romántico”
El director de orquesta venezolano conduce esta semana a la OSCyL en Ávila, Salamanca, León y Burgos con un repertorio romántico que incluye piezas de Mozart y Schumann
César Combarros/ ICAL
Se cumplen 25 años desde la llegada del director de orquesta venezolano Manuel Hernández-Silva (Caracas, 1962) a España, para dirigir el conjunto que acabó siendo la actual Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia. Formado en el Conservatorio Superior de Música de Viena, y desde 2014 director titular Orquesta Filarmónica de Málaga, esta semana dirigirá a la Orquesta Sinfónica de Castilla y León en una gira que les llevará por Ávila, Salamanca, León y Burgos, para interpretar “un programa absolutamente precioso”, formado por la ‘Sinfonía nº 41’ de Mozart (conocida popularmente como ‘Júpiter’) y la ‘Sinfonía nº 4’ de Schumann, dos clásicos del repertorio romántico. Mañana jueves, 2 de marzo, llegarán al Lienzo Norte de Ávila; un día después, el viernes 3, al Centro de las Artes Escénicas y de la Música (CAEM) de Salamanca; el sábado, día 4, al Auditorio Ciudad de León, y el domingo, 5 de marzo a la sala auditorio Rafael Frübeck de Burgos, en Fórum Evolución (Burgos).
¿Qué podrá encontrar el público que se acerque a estos conciertos?
La emoción de degustar dos platos muy sabrosos del repertorio clásico romántico: la ‘Júpiter’, que marca el final del sinfonismo mozartiano y el pistoletazo de salida hacia lo que vendría después; y la cuarta Sinfonía de Schumann, en su segunda versión, que representa el romanticismo alemán en todo su esplendor.
¿Qué le atrae de la escuela musical romántica?
Yo crecí con Mozart. Un maestro de Praga llegó a Venezuela en 1946, después de la guerra, y allí fundó el colegio de música donde yo estudié. Desde que era muy niño él nos educó con ese repertorio: sobre todo Vivaldi, mucho Telemann, y Mozart, y Mozart y Mozart… Luego, cuando llegué a estudiar a Viena, donde pasé casi veinte años, llevaba esto conmigo, y allí es inevitable sumergirte en toda la tradición clásica vienesa. El maestro de nuestro conservatorio superior insistió mucho en todo este repertorio. En mi carrera he dirigido mucha música del siglo XX, música hispanoamericana, música de todo tipo, pero ésa fue mi base.
Aquello le caló…
El clasicismo y el romanticismo vienés y alemán suponen el grueso de mi biblioteca, de la cual estoy orgullosísimo. Tengo muchos facsímiles de Mozart, de Schumann, de Brahms, mucha literatura sobre el clasicismo. Creo que ése es el verdadero fundamento para el director de orquesta; luego llegan el maestro de capilla y la música barroca, que requieren otro tratamiento, pero cuando la música se saca de los salones y de las iglesias para llevarla a los teatros, cuando se conforman las grandes sociedades filarmónicas, este repertorio es fundamental para crear todo el imaginario sonoro de un director de orquesta, y por ende también de una orquesta. Si uno tiene esa disciplina desde Mozart, a través de Schumann o Brahms, puedes acometer con muchas más garantías una sinfonía de Shostakóvich y cualquier otra obra.
¿Cómo dialogan entre sí las dos piezas que conforman este programa?
De una manera estupenda, porque las dos van en una misma dirección. Schumann es una consecuencia de lo que sucedió con Mozart. Estaban Haydn y Mozart, con lo que éste último hizo en la ópera, y surgió Carl Maria von Weber, con ‘El cazador furtivo’, una obra capital que marcó un hito, un camino hacia lo que vendría después, Wagner y Beethoven. Digamos que es una línea continua.
¿Es más complejo preparar los conciertos con una agenda que incluye desplazamientos a distintas provincias, como sucede esta semana?
Es un repertorio muy tradicional, que preparamos igual que si fuera un concierto de abono en el Miguel Delibes. El lunes trabajamos toda la sinfonía de Schumann y la dejamos prácticamente lista, y el martes la rematamos antes de empezar a trabajar Mozart. Cuando una orquesta tiene disciplina, como sucede con la OSCyL, se pueden planificar los ensayos con mucha conciencia y sin necesidad de repetir durante cuatro días la misma sinfonía.
¿Qué recuerda de la primera vez que dirigió a la OSCyL, en 2009?
Tocamos en el Teatro Principal de Burgos, y entre otras piezas interpretamos la ‘Italiana’ de Mendelssohn. El gerente era todavía Enrique Rojas y este bellísimo Auditorio se había inaugurado apenas dos años antes. Luego hubo muchos cambios y en los últimos años me habían ofrecido hasta dos fechas para venir a dirigir, pero desgraciadamente por problemas de calendario no había sido posible. Ésta es una oportunidad estupenda de reencontrarme con la Orquesta con este repertorio y dirigirla en auditorios hermosos. Eso me animó a reencontrarme con la OSCyL.
¿Cómo ha visto la evolución de la Orquesta desde entonces?
Estupenda, sin duda alguna. Ya entonces tenía mucha disciplina. Da gusto cuando uno va a una orquesta y siente desde el podio que hay paz, que los músicos se respetan y están comprometidos con su trabajo. Eso para un director invitado es magnífico porque da una grandísima imagen de la orquesta. En ocasiones a los cinco minutos de llegar a un lugar ya te has enterado de todas las miserias de la orquesta, pero aquí todo el mundo trabaja en la misma dirección. Además la OSCyL tiene una programación extraordinaria.
Ha trabajado en la República Checa, Alemania, Austria, Hungría, Corea del Sur, Venezuela, Colombia, México, y con buena parte de las orquestas autonómicas españolas. ¿Qué momento viven las orquestas en España?
Por una parte es evidente que la crisis ha hecho mucho daño a las orquestas con los recortes, pero en España ha habido una evolución inmensa en la calidad de las orquestas en los últimos 25 o 30 años. Desde las orquestas parece que siempre criticamos a los conservatorios, pero sin duda algo bueno han tenido que estar haciendo cuando nuestros músicos son reclamados por formaciones de todo el mundo. En España hay orquestas extraordinarias, capaces de competir con cualquiera de las europeas, sólo tenemos que creérnoslo.
Se acaba de hacer público que en abril dejará la dirección musical de la Orquesta Joven de Andalucía. ¿Qué le ha empujado a cerrar esa etapa?
Tomé la decisión de una manera muy meditada. La Joven Orquesta de Andalucía ha sido una de las experiencias más reconfortantes de mi vida artística. He sido su director musical cuatro años pero he colaborado regularmente con ellos desde mucho tiempo atrás. Yo tenía la ilusión de poder mostrar el trabajo de la OJA en otros lugares, plantear intercambios con otras orquestas alemanas y austríacas, mostrar el gran talento que atesora, pero desgraciadamente no he podido hacerlo por cuestiones presupuestarias. Cada día que he pasado allí me he entregado en cuerpo y alma a la OJA, y concluí que era mejor marcharme para dejar entrar aire fresco antes de sentir que me había cansado. Ha sido una etapa maravillosa, soy amigo de la institución, y me voy de allí muy agradecido.
¿Qué retos profesionales se le presentan ahora?
Continuar con el proyecto de la Filarmónica de Málaga. Es una orquesta grande, más o menos de las dimensiones de la OSCyL, y eso nos permite afrontar todo el repertorio. Mi reto es poder coronar el proyecto sonoro que iniciamos en 2014
Tras un vertiginoso comienzo de año que le llevó de gira por España con la JONDE; y a la República Checa y a Suiza, donde ofreció sendos conciertos con la Sinfónica de la Radio de Praga y con la Orquesta Sinfónica de Biel Solothurn, Manuel Hernández-Silva regresa a la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, a la que dirigirá en cuatro conciertos en los auditorios de Ávila, Salamanca, León y Burgos los próximos días 2, 3 4 y 5 de Marzo, respectivamente, con las sinfonías ‘Júpiter’ de Mozart y 4ª de Schumann en el programa.
A continuación regresa a la Real Filharmonía de Galicia para dirigir de nuevo a Amaury Coeytaux, en esta ocasión con el Concierto de Chaikovski y la Sinfonía en Do de Grieg. En la recta final de la temporada estará centrado en las obligaciones de sus titularidades, tanto con la Orquesta Joven de Andalucía, a la que dirigirá en el Teatro de la Maestranza el 17 de Abril, con Estancia de Ginastera, las Danzas Fantásticas de Turina y Obertura Cubana y Un Americano en París, de Gershwin, como con la Orquesta Filarmónica de Málaga, con la que, entre otros, dirigirá Un Requiem Alemán de Brahms, con Juanita Lascarro y Thomas Laske; la Sinfonía Española de Lalo con el violinista Svetlin Roussev, o la 3ª de Mahler con Mª José Montiel.
A lo largo del mes de Julio Hernández-Silva regresa de nuevo con la Orquesta de la Radio de Praga para participar en el Festival de Ceski-Krumlov, en la República Checa, con la Obertura para un Festival Académico, de Brahms, el Concierto para piano de Grieg con Javier Perianes y la Sinfonía nº 8 de Dvorak. Durante ese mes de Julio dedicará también su tiempo a una grabación con la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia en torno a la obra del maestro Manuel Moreno Buendía y al Curso de Dirección de Orquesta que ofrece en Málaga junto a la OFM.
A continuación les ofrecemos un resumen de algunas de las actividades recientes de los artistas de ACM Concerts y una avance de aquellas que tendrán lugar, sobre todo en España, a lo largo del próximo mes de Febrero.
Svetlin Roussev. El violinista búlgaro afincando en Francia viene de sustituir a la inicialmente programada Soyoung Yoon, 2º Premio del Concurso Sarasate, en la Orquesta Sinfónica de Navarra, con la que ha ofrecido el Concierto nº 5 de Mozart, «Turco», bajo la batuta de su titular, Antoni Witt, cosechando entusiastas elogios de la crítica. En el mes de Abril se le podrá volver a encontrar en España, en esta ocasión junto a la Orquesta Filarmónica de Málaga, y su titular, Hernández-Silva, con los que ofrecerá en tres ocasiones la Sinfonía Española de Lalo en Málaga y Jerez.
Manuel Hernández-Silva. Tras un intenso mes de Enero que le llevó de Málaga a Pamplona, de gira por España con la JONDE, y a Praga, donde ofrece el día 30 una concierto con música española y latinoamericana con la Sinfónica de la Radio de Praga, en Febrero se producirá su debut con la Orquesta Sinfónica de Biel Solothurn, Suiza, y su regreso a la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, a la que dirigirá en cuatro conciertos. Más tarde, ya en Marzo, regresa a la Real Filharmonía de Galicia para dirigir de nuevo a Amaury Coeytaux con el Concierto de Chaikovski y la Sinfonía en Do de Grieg.
Pablo García López está cantando Borsa, de Rigoletto, en la Ópera de Oviedo, bajo la dirección de Marzio Conti, desde el pasado 26 de Enero hasta el próximo 4 de Febrero. En Abril cantará Mozart y Salieri de Rimsky-Korsakov en la Fundación Juan March en co-producción con el Teatro de la Zarzuela; y ya en verano se pondrá de nuevo a las órdenes de Zubin Mehta para las seis funciones de Turandot en Israel, en las que volverá a encarnar el personaje de Pong, que llevó al disco con el mismo director.
Carlos Domínguez Nieto. Tras dirigir dos conciertos con la Philharmonie Südwestfalen los pasados 22 y 24 de Enero en el Stadthalle de Olpe y el Kulturzentrum de Herne, respectivamente, retoma la dirección de las 20 funciones de La Bella Helena de Offenbach que se prolongarán hasta mediados de Febrero en el Pasinger-Fabrik de Múnich. Su próximo compromiso en España es la Sinfonía nº 5 de Bruckner que ofrecerá al frente de la Orquesta Filarmónica de Málaga el próximo mes de Mayo en el Teatro Cervantes de la ciudad andaluza.
Jonathan Webb. Tras dirigir el Concerto della memoria en el Teatro Carlo Telice de Genova el pasado 27 de Enero, dirigirá, en el mismo teatro, entre el 17 y el 22 de Febrero, cinco funciones de Cosí fan tutte de Mozart, en una histórica producción de Etore Scola. En España se le podrá ver los próximos 6 y 7 Abril, en Santiago y Vigo, al frente de la Real Filharmonía de Galicia, de la que es Principal Director Invitado, con un programa que incluye Les Illuminations, de Britten, y la 10ª Sinfonía de Shostakovich.
Pacho Flores viene de hacer un concierto con la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, seguidamente se va Ámsterdam para ofrecer unas master classes en el Conservatorio. El 16 de Febrero tocará con la Orquesta Sinfónica de Norrköping, Suecia, bajo la dirección de Christian Lindberg, el Concierto para Corno da Caccia de Neruda y Akban Bunka, del propio Lindberg, antes de regresar a México para dos conciertos con la Filarmónica de Jalisco. Más tarde, el 20 de Abril, se le podrá ver en Palma de Mallorca con la Orquestra Sinfónica de les Illes Balears, bajo la batuta de su titular, Pablo Mielgo, en el que retoma Neruda, y añade Invierno Porteño, de Piazzolla y el concierto Mestizo de Efraín Oscher.
Roman Ialcic. Tras finalizar las representaciones de Las bodas de Fígaro en la Ópera de Malmö, el bajo moldavo hará su debut en el Teatro Calderón de Valladolid los próximos 1, 3 y 5 de Febrero, en el papel de Ferrando de Il Trovatore, de Verdi, en una producción de Gustavo Tambascio y con dirección musical de Óliver Díaz. A continuación se trasladará a Las Palmas para encarnar al sicario Sparafucile, de Rigoletto, también de Verdi, bajo la dirección musical de Ramón Tébar y escénica de Mario Pontiggia, en el 50 Aniversario de Ópera de Las Palmas.
Nicholas Milton empieza Febrero con función de Katja Kabanova, de Janacek, en el Saarländisches Staatstheater, donde es director musical. A continuación, con la orquesta del teatro, la Saarländisches Staatsorchester, dirigirá a Daniel Müller-Schott en el Concierto para violonchelo de Schumann y la 5ª de Mahler para poco después dirigir a la Orquesta Sinfónica de Gottinga, con un programa que incluye a Beethoven, Vaughan Williams (con el español Rubén Durá de Lamo como solista de tuba) y Chaikovski, antes de retomar las funciones de Katja en Saarbrücken.
Enrico Onofri. La intensa agenda del violinista y director italiano le trae a España tras una gira por Japón y conciertos en Croacia y Sicilia. Será con la Orquesta de la Comunidad de Madrid en el Auditorio Nacional el 21 de Febrero. Tras pasar de nuevo por Sicilia, Suiza y Alemania, vuelve a Sevilla, su segunda casa, donde ofrecerá conciertos con la Orquesta Barroca de Sevilla en el marco del FeMÁS en el Teatro de la Maestranza el 19 de Marzo, y en la temporada de la orquesta en la Sala Joaquín Turina el 21 de Marzo; y de nuevo en Abril para dirigir a la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla los días 6 y 7 de Abril. Entretanto sale al mercado la edición de su último CD, dedicado a las Sonatas y Partitas para violín solo de Bach.
Trío Arriaga. El 8 de Febrero el Trío Arriaga tocará en el Salón Noble de la Diputación de Badajoz en el marco del VIII Ciclo de Música Actual de Badajoz, que organiza la Sociedad Filarmónica de dicha ciudad con la participación del CNDM. En programa el estreno absoluto, encargo del CNDM, de la obra Trigramas, de la compositora Inés Badalo, junto a obras de Roberto Gerhard, Benet Casablancas y Enrique Granados. A continuación se presentarán en el 6è Cicle de Música Catalana Joan Manén, que organiza la sociedad del mismo nombre de Barcelona, con Pedrell, Granados, Gerhard y Casado en programa. Ya en Mayo se les podrá ver en el Festival de Música de Úbeda, en esta ocasión con tríos de Schubert y Shostakovich, será en el Hospital de Santiago el 21 de Mayo.
Cuarteto Bretón. El Cuarteto Bretón tocará el próximo 14 de Febrero en la sede Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid dos obras maestras fundamentales del repertorio de la formación de todos los tiempos, el nº 8 de Shostakovich, En memoria de las víctimas del fascismo y de la guerra, y el Cuarteto nº14 de Schubert, La Muerte y la Doncella. Próximos compromisos, que comprenden el estreno absoluto de un compositor español en vías de confirmación, que supone el inicio de la colaboración estable con el pianista Ludmil Angelov se anunciarán en breve.
Ludmil Angelov se presentará con la Orquesta Filarmónica de Málaga los próximos 9 y 10 de Febrero con el Concierto nº 1 de Chopin, antes de partir hacia Milán para tocar en La Scala un recital con la soprano Krassimira Stoyanova el día 27. Ya en Marzo tocará con la Orquesta Filarmónica de Varna el Concierto nº 2 de Rachmaninov, y de nuevo el 1º de Chopin con la Orquesta Sinfónica de Daegu, en Corea.
Berna Perles dedicará el mes de Febrero fundamentalmente a los recitales. El primero de ellos tendrá lugar en el Teatro de la Maestranza el 11 de Febrero junto al pianista Curro Soriano, con un programa que abarca desde Mozart a García Abril; a continuación actuará en el Ciclo de Amigos de la Ópera de Madrid, en la Escuela Superior de Canto, en Madrid, el 27 de Febrero. Marzo lo dedicará Fiordiligi, de Cosí fan tutte con la OCG y la dirección de Giancarlo Andretta, que se podrá disfrutar igualmente en la próxima edición del Festival Internacional de Música y Danza de Granada en Julio. Previamente, ofrecerá un recital junto a José Bros y Rubén Fernández Aguirre en el Festival de la Cueva de Nerja.
Diego García Rodríguez tendrá presencia por partida doble en las orquestas gallegas en los próximos meses. Comienza el 24 de Febrero con la Orquesta Sinfónica de Galicia en un programa con el mar como núcleo vertebrador que incluye la obertura de El Holandés Errante, de Wagner, y los Cuatro Interludios Marinos de Peter Grimes, de Britten, y que contará con la presencia de Quico Cadaval como narrador. A continuación vuelve a la temporada de la Real Filharmonía de Galicia con un exigente programa que incluye el Idilio de Sigfrido, de Wagner, el Concierto para viola de Penderecki con Krzysztof Chorzelski como solista, Blumine de Mahler y la Rapsodia de Jenufa de Leos Janacek
Paul Armin Edelmann y Thomas Laske se alternaron como Conde Danilo en La Viuda Alegre que tuvo lugar en el Centro Nacional de las Artes Escénicas de Pekín este pasado mes de Enero bajo la dirección musical de Thomas Rosner y escénica de Hugo de Ana. YA en Febrero, Edelmann, a quien hace poco pudimos escuchar en Madrid con la ORTVE en una Misa de Beethoven, estará en la Konzerthaus de Viena cantando cuartetos de Brahms y Schubert junto a Julia Kleiter, Soprano, Anke Vondung, Mezzosoprano, Werner Güra, Tenor, y los pianistas Christoph Berner y Camillo Radicke; para, a continuación y junto a su hermano Peter, dedicar un homenaje a su padre, el legendario bajo Otto Edelmann en la Haus Hoffmannsthal. Entretanto, Laske, cantará una Mesías en Dortmund, una Gran Misa en Do menor de Mozart en Dusseldorf, un Requiem Alemán de Brahms en Wuppertal y cantatas de Bach en Hagen antes de iniciar una gira por España con la Akademie für Alte Musik de Berlín y la Misa en Si menor de Bach, antes de recalar en Málaga donde interpretará de nuevo el Requiem Alemán de Brahms con la Filarmónica de Málaga y su titular, Manuel Hernández-Silva.
Evgueniy Alexiev, barítono, alterna durante este pasado mes de Enero, y a lo largo de Febrero y Marzo, sus apariciones como Rodrigo de Posa en Don Carlos, bajo la dirección de Alexander Kalajdzic, musical, y Jochen Biganzoli, escénica, con el menos habitual de Doctor Kann, en la ópera Charlotte Salomon, de Marc-André Dalbavie, de nuevo bajo la dirección de Kalajdzic y la puesta en escena de Mizgin Filmen. Ambas producciones tienen lugar en el Theater Bielefeld.