Berna Perles, recitales en Nerja y Granada

Berna Perles, recitales en Nerja y Granada

La soprano Berna Perles y el tenor José Bros, junto al pianista Rubén Fernández Aguirre, ofrecerán un recital en el Festival de la Cueva de Nerja el próximo domingo 25 de Junio. El programa se articula en torno a algunos de los mas bellos dúos de soprano y tenor de ópera francesa e italiana, y de zarzuela, con espacio para las intervenciones individuales por medio algunas de las más conocidas arias y romanzas.

Poco después, el 14 de Junio, Berna Perles participará, junto al resto de ganadores del Concurso de Ópera Mozart de Granda, en el concierto de clausura de la 66ª edición del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, acompañada por la Orquesta Ciudad de Granada con Pablo González a la batuta, y un programa que recoge algunas de las arias y dúos más representativos de la producción operística del genio de Salzburgo.

Berna Perles

Nace en Málaga, donde obtiene el Título Superior de Canto en el Conservatorio Superior de Música de Málaga con Matrícula de Honor y Premio Extraordinario Fin de Carrera. Cursa un postgrado en el Conservatorio Santa Cecilia de Roma y completa su formación en el Opera Studio de la Accademia Nazionale di Santa Cecilia. Amplía sus estudios en Viena con la mezzosoprano Glenys Linos. Ha recibido clases magistrales de Renata Scotto, Mirella Freni, Mariella Devia, Teresa Berganza, Monserrat Caballé, Isabel Rey y Carlos Álvarez.

Ha sido premiada en numerosos certámenes y concursos de canto:
 Primer Premio de Juventudes Musicales de España; Primer Premio de la Muestra de Jóvenes Intérpretes de Málaga
 (2009); Finalista del Concurso Internacional de Canto Manuel Ausensi
 (2010); Finalista del Concurso Internacional de Canto Villa de Colmenar Viejo; Finalista del Concorso Lirico Internazionale Umberto Giordano (2012); Tercer Premio del Concurso Internacional de Canto de Logroño (2013); Finalista del Concurso Internacional de Canto Francesc Viñas (2014); Primer Premio y Premio del Público en el XIII Concurso de Nuevas Voces de Sevilla, Semifinalista de Concurso de Canto de Portofino (2016), Ganadora del I Concurso de Ópera Mozart de Granada, Premio Ferrar Salat en el Concurso Internacional de Canto Francesc Viñas (2017) y Primer Premio del Concurso de Canto de Logroño.

Su trayectoria profesional le ha llevado a actuar, tanto en ópera como zarzuela y recitales líricos, en el Teatro dell’Opera y Auditorio Santa Cecilia de Roma, Konzerthaus de Viena, Teatro Comunale de Bologna, Opéra Royal de Versailles, Le pin galant de Mérignac, Palais des Festivals et Congrès de Cannes, Théâtre de Sète, Teatro Avenida de Buenos Aires, Teatros del Canal, Palau de la Música Catalana, Auditorio Nacional, Cervantes de Málaga, Principal de Zaragoza, Bretón de Logroño, Principal de Alicante, Gran Teatro de Córdoba o Manuel de Falla de Granada y ha cantado bajo la batuta de Dominique Rouis, Martin Mázik, Lorenzo Mariani, Edmon Colomer, John Axelrod o Manuel Hernández Silva y bajo la dirección escénica de Lindsay Kemp, Emilio Sagi, William Orlandi o Riccardo Canessa. Ha participado en la grabación de un CD de dúos, junto al barítono Carlos Álvarez, bajo el sello DN Records.

 

 

Excelentes críticas de Hernández-Silva y OFM con la 3ª de Mahler

Excelentes críticas de Hernández-Silva y OFM con la 3ª de Mahler

Admirable construcción sinfónica

Por José Antonio Cantón, SCHERZO

Refiriéndose a esta imponente sinfonía, el propio Mahler llegó a decir a su amiga la violista Natalie Bauer-Lechner que en ella «pretendía construir un mundo (sonoro) con todos los medios técnicos a su alcance». «Lo que quiero expresar es cambiante, siempre nuevo, y ese propio contenido determina su forma», añadía. Este pensamiento ha sido el motor y guía que ha determinado el gran trabajo de montaje que ha realizado el maestro caraqueño Hernández Silva. Desde el grandioso y programático himno a cargo de las trompas que abre el primer movimiento, la exposición de cada una de sus partes fue encaminada en acentuada progresión expresiva al momento cumbre de su mensaje, cual es el Lento, tranquilo y hondamente sentido tiempo final.

Tal planteamiento fue una de las claves de la bondad estética de este concierto. Cada una de las secciones instrumentales de la orquesta, de modo singular la percusión, se entregaron absolutamente a los dictados de su titular, constituyendo el otro elemento causal de la admirable construcción musical alcanzada con esta obra, en la que Hernández-Silva demostró su sólida formación, mezcla de la mejor tradición vienesa con el espíritu y sentir latinos naturales de su origen hispanoamericano. La tensión del gesto fue el modo con el que expresó un primer tiempo, bien decidido en su cuidada medida, que sirvió como desencadenante efecto espectral de su compleja sonoridad.

Con un calmo y contenido discurso determinó la esencia combinatoria de los dos temas que contiene el segundo, dejando una plácida sensación. Del tercero hay que realzar la excelente intervención del solista Ángel San Bartolomé en su solo de fliscorno, que sustituía la post-horn (trompa postal) original, convertido en catalizador emocional de este movimiento, desde una unívoca colaboración con el podium. En el cuarto fue María José Montiel quien brilló con el lirismo canoro que proyectó sobre los zoroástricos versos de Friedrich Nietzsche, que expresan un eterno e infinito anhelo de gozo. Una gran conjunción coral se pudo apreciar en el quinto movimiento, debiéndose así de resaltar el excelente trabajo realizado por Salvador Vázquez y Narciso Pérez del Campo con sus respectivos coros. Hernández Silva alcanzó un verdadero estado de gracia en el último tiempo, sabiendo condensar todas las emociones de trascendente y profana religiosidad que quería transmitir Mahler en su música.

 

 

Un Mahler valiente

Por José Amador Morales, MUNDOCLASICO 

El último concierto de la presente temporada de la Orquesta Filarmónica de Málaga ha traído a los atriles nada más y nada menos que la Sinfonía nº3 de Gustav Mahler. Una suculenta prueba de fuego para músicos y, especialmente, para su actual director musical que recientemente ha renovado su titularidad ante la misma por otros dos años. No en vano, Manuel Hernández Silva está desarrollando una labor que, como sucediera en sus recordados años al frente de la Orquesta de Córdoba, puede matizarse en un sentido o en otro pero ante la que no cabe duda de que responde a un trabajo cualitativa y cuantitativamente bien hecho. 

Resulta significativo el contraste de la prestación del conjunto malagueño entre el concierto de presentación del mismo Hernández Silva hace más de tres años (que por cierto incluía los Kindertotenlieder)  con el que comentamos, revelando una notable evolución en cuanto a mero sonido. Aquí convenció por ese sutil juego de texturas, tan mahleriano por otra parte, que ya fuese densamente sinfónico o camerístico, demostró el acreditado conocimiento de este repertorio por parte del director hispanovenezolano. Y particularmente por esa capacidad para ir graduando una in
tensidad que, en cualquier caso, siempre estuvo a flor de piel y que desde luego desembocó en un movimiento final tan hermoso como rotundamente expresivo. En este sentido no hubo freno de mano, si se nos permite la expresión, en esta apuesta decididamente valiente y para nada conservadora que indudablemente tenía su riesgo. No encontramos esos atisbos de calculada contención o sobreprotección que son usuales cuando los intérpretes son conscientes que la obra les excede y en consecuencia asistimos a un Mahler con mayúsculas, en absoluto mediocre.
 
Por su parte, María José Montiel supo resaltar las principales virtudes de su voz (homogeneidad, proyección y color) al tiempo que disimular sus defectos (dificultades con el estilo, falta de idiomatismo, afectación…). El Coro de Ópera de Málaga y la Escolanía Santa María de la Victoria actuaron con pulcritud y entrega, al igual que unos músicos de la Filarmónica de Málaga que, pese a la – hasta cierto punto comprensible – irregularidad en el nivel de las prestaciones solistas, sin duda estuvieron a la altura de la obra.
 
 

Manuel Hernández-Silva dirige la ‘Sinfonía nº 3’ de Mahler con la Filarmónica de Málaga

14 de junio de 2017. Por Alejandro Fernández, CODALARIO

Como sabrán la Filarmónica de Málaga, más de un cuarto de siglo después, sigue sin el escenario ideal para poder realizar conciertos. Cuando hace un par de semanas escuchábamos la Quinta sinfonía de Bruckner de la mano de uno de sus grandes especialistas como es la batuta del madrileño Carlos Domínguez percibimos la misma mixtura de sentimientos entre pudor y asqueamiento, entre náuseas y falta de miras. Esta orquesta no merece ese trato por parte de las administraciones que las sostienen, pero una de las consecuencias de tanto formato bidimensional colgado es la realidad que vive y va a seguir viviendo la OFM en el horizonte más cercano. Especular con el arte sólo genera propaganda para beneficio de muy pocos.

Ha transcurrido más de una centuria del estreno de la Sinfonía nº 3 en re menor, de Gustav Mahler y da la impresión que continúa despertando la misma vehemencia e indiferencia en el auditorio. Manuel Hernández-Silva, titular de OFM también apostó, como en su día hizo Edmon Colomer, por el gran sinfonista de la escuela vienesa en el colofón de la temporada. Colomer la Segunda y Hernández-Silva la particular visión de la Creación que atesora la Tercera sinfonía. Mahler es uno de fuertes del director venezolano, e incluso podemos ir más allá al afirmar que está batuta es la gran embajadora de la escuela vienesa en nuestro país. A lo ya escrito nos remitimos, cada vez que el maestro aborda este pilar del repertorio queda ridículo el reconocimiento que supone el aplauso unánime del público. En el consciente colectivo aún continúan fijados dos referentes hasta llegar a esta tercera mahleriana; por un lado  el trabajo expuesto por  Bernard Haitink en los PROMS londinenses pasados junto a la London Symphony Orchestra (cómo no recordar también aquella impecable retransmisión guiada por Pérez de Arteaga desde Radio Clásica); y en un ámbito local, la inolvidable versión de la Sinfonía “Resurrección” y la OFM con el entonces titular Edmon Colomer.

La Creación de Mahler

Entre La Creación de Haydn y la Sinfonía en re menor mahleriana no sólo transcurre la centuria que las separa, también concurre la evolución de una escuela y la singularidad de dos decisivos discursos musicales. El bohemio supone también el nexo imprescindible entre un período y otro. Mahler en su particular visión de la Creación -plagada de angustias y preguntas sin respuestas- dibuja un escenario ascendente, no falto de sentido ascético. Hernández-Silva se valió de dinámicas contrastadas, pulso enérgico y acentuado sin menoscabo de remansos suspendidos como el Cómodo, scherzando del tercer tiempo. Cada movimiento formarían esferas dentro de un universo más amplio, la extensión del primer tiempo frente a la divina recreación del Lento final lo atestiguan. Ciento cuarenta y tres minutos de música en estado puro.

El reencuentro con el Coro de Ópera, y concretamente con las cuerdas femeninas del mismo no nos ha decepcionado. Trabajo medido y plegado a las sutilezas de la partitura gracias al esfuerzo de Salvador Vázquez, director de la formación coral que ha sabido aflorar una mayor calidad e intención vocal. Salvador Vázquez, a quien entrevistamos en exclusiva para Codalario el otoño pasado, debuta este próximo dieciséis en el podio de la Orquesta de Radio Televisión Española en el marco de los galardonados en el Concurso Permanente que organiza Juventudes Musicales de España. La Escolanía de Santa María de la Victoria que dirige Narciso Pérez del Campo cerraba el capítulo coral demostrando, una vez más, la intención del maestro y la ilusión que siempre transmite a sus jovencísimos cantores.

Otro de los pilares fijados por Hernández-Silva ha sido la apuesta por la mezzo española María José Montiel. Escuchar a la artista es siempre garantía de buen hacer independientemente de la plaza o el auditorio. Tal ha sido el grado de implicación de esta voz que incluso la emoción se asomaba en sus ojos en la segunda interpretación ante el auditorio del viernes. Entre la lectura del jueves y el viernes apenas diferencias quizás, tal vez, mayor serenidad en la última cita pero en cualquier caso un ejemplo de maestría en la forma y en la técnica.

Y finalmente, el conjunto, una orquesta especialmente recrecida con otros profesionales y futuros instrumentistas estratégicamente dispuestos por la batuta de Hernández-Silva. Pero si algo de inmenso tiene además la Tercera de Mahler son los vasos comunicantes que se establecen entre secciones como la introducción inicial de las ocho trompas o las distintas intervenciones solistas especialmente reseñables la concertino Andrea Sestakova; el papel concertante del fliscorno de Ángel San Bartolomé o en la percusión los dos timbaleros de la OFM Leopoldo Saz y Serguei Trishankov.

Concluye la temporada con el horizonte de una Sexta Sinfonía de Mahler en el cartellone de la Orquesta Filarmónica de Málaga para la próxima y la miseria de una programación que nuevamente vuelve a tener el mismo escenario que no por impropio, indigno, pero que ha agotado ya su ciclo.

 

 

 

María Espada con Koopman y la OSG

María Espada con Koopman y la OSG

María Espada canta la Pasión según San Juan de Bach con la Orquesta Sinfónica de Galicia bajo la dirección de Ton Koopman, los próximos 8 y 9 de Junio en el Palacio de la Ópera de Coruña. Junto a la soprano estarán también el tenor Ariel Hernández Roque, la mezzo Maarten Engel Tjes, el barítono Klaus Mertens, y el Coro de la OSG preparado por Joan Company.

María Espada

Nacida en Mérida (Badajoz), estudió canto con Mariana You Chi y con Alfredo Kraus, entre otros. Se ha presentado en salas como Konzerthaus de Viena, Philharmoniker de Berlín, Théâtre des Champs Élysées de París, Teatro Real de Madrid, Concertgebow de Amsterdam, Auditorio Nacional de Madrid, Santa Cecilia de Roma, Vredenburg de Utrecht, Teatro del Liceo de Barcelona, Palais des Beaux Arts de Bruselas, Palau de la Música Catalana de Barcelona, L’Auditori de Barcelona, Teatro de la Zarzuela de Madrid, Maestranza de Sevilla, Kursaal de San Sebastián, Auditorio de Zaragoza, Euskalduna de Bilbao, Auditorio de Galicia, Baluarte de Pamplona, Auditorio de Cuenca, etc.

María Espada ha cantado con directores como Frans Brüggen, Andrea Marcon, Aldo Ceccato, Jesús López Cobos, Josep Pons, Antoni Ros Marbá, Juanjo Mena, Salvador Mas, Ernest Martínez Izquierdo, Tamás Vásáry, Alberto Zedda, Diego Fasolis, Fabio Bonizzoni, Christophe Coin, Eduardo López Banzo, Giuseppe Mega, Adrian Leaper, Emil Simon, etc.; y grupos y orquestas como Venice Baroque Orchester, Orchestra of the 18th century, L’Orfeo Barockorchester, I Barocchisti, Orquestas de RTVE, Al Ayre español, Orquesta Filarmónica de Munich, Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña (OBC), Ciudad de Granada, Sinfónica de Madrid, Comunidad de Madrid, de la Radio Húngara, Sinfónica de Navarra, Sinfónica de Sevilla, Filarmónica de Málaga, Ciudad de Oviedo, La Risonanza , Ricercar Consort, Barroca de Helsinki o Barroca de Sevilla. Sus intervenciones en el ámbito de la música de cámara abarcan desde el barroco hasta el siglo XX y ha grabado para los sellos Harmonia Mundi y Naxos, entre otros.