Manuel Hernández-Silva a la dirección musical, Berna Perles como Fiordiligi y Pablo García López como Ferrando, coincidirán por primera vez juntos en la producción de Così fan tutte del Teatro Cervantes de Málaga que dirige escénicamente Curro Carreres y cuenta con Beatriz Díaz como Despina, Carol García como Dorabella, Damián del Castillo como Guglielmo y Enric Martínez-Castignani como Don Alfonso, en los otros papeles del reparto. Las funciones serán los próximos 2 y 4 de Marzo.

Composición de fotos de Berna Perles, Pablo García López y Hernández-Silva para Cosí de Málaga

Così fan tutte

Como se recoge en la notas del Teatro Cervantes, Così fan tutte fue la tercera y última prodigiosa colaboración de Mozart con el libretista Lorenzo da Ponte, después de Le nozze di Fígaro (1786) y Don Giovanni (1787). Da Ponte apuesta para Così por una dramaturgia netamente buffa, en la que se burla descaradamente de los convencionalismos de las tramas y formas literarias de la ‘ópera seria’ dieciochesca. Sobre esta aparente ligereza, la música de Mozart, una de las más deslumbrantes, refinadas y sabiamente construidas del compositor; posiblemente, la más desconcertante y, sin lugar a dudas, una de sus obras maestras. En el aspecto musical destacan el flujo continuo e indisoluble de ideas y melodías, el carácter sinfónico de la partitura, la relevancia de los recursos polifónicos y la genial inspiración de las arias –‘Come scoglio’, ‘Per pietá’ y ‘E amore un ladroncello’ (Fiordiligi) o ‘Tradito, schernito’ y ‘Un aura amorosa’ (Ferrando)– aunque el desarrollo de la trama se produce a través de los números de conjunto: seis dúos, cinco tríos, un cuarteto, dos quintetos, tres sextetos… Por otra parte, el genial libreto de Da Ponte ofreció a Mozart la posibilidad de trabajar el argumento en forma simétrica, tanto en estructura: dos actos con cuatro cuadros, como en el número y características de los personajes: tres parejas: las dos de amantes y la cómica formada por Despina y don Alfonso, de espíritu similar.

Pablo García López y Berna Perles, cordobés y malagueña respectivamente, son dos de los jóvenes artistas los que Hernández-Silva apoyó incondicionalmente en los inicios de sus carreras artísticas desde sus responsabilidades institucionales en las orquesta de Córdoba y Málaga y que hoy gozan de un prestigio creciente, lo que hace más emotivo el reencuentro con los dos juntos en este regreso a los escenarios de ópera. Pablo viene de terminar su participación en la producción de Dead Man Walking en el Teatro Real y tras este Così tiene por delante varias funciones en el Teatro de la zarzuela en la producción de Policías y Ladrones. A Berna, por su parte, tras el Così le esperan varios conciertos sinfónicos con las orquestas de Sevilla y Granada y sus debuts en el Teatro de la zarzuela, el Gran Teatre del Liceu y en la temporada de Ópera de Oviedo. Hernández-Silva viene de un ajetreado período de Enero que le llevó de Murcia a Alicante, para debutar con la OCNE, a Pamplona, Galicia, donde tuvo lugar un sonado estreno con Pacho Flores y Leo Rondón, a Extremadura o Puerto Rico y próximamente dará comienzo a su nueva titularidad en la Orquesta Sinfónica de Navarra, tras pasar, en verano, por los festivales de Cemski-Krumlov y Úbeda.